jueves, 22 de enero de 2009

Ñawpamachulakuna, Museos y Ancestros

Desde la primera vez que fui al Museo Arqueológico de la UNSAAC (hoy Museo Inka) a mis - ya lejanos - seis añitos algo que me llamó poderosamente la atención fueron las momias. Recuerdo claramente esa primera vez en que distraídamente entre a su sala y de pronto me vi rodeado por ellas. Estaban en unas vitrinas de vidrio y se las podía ver de cuerpo entero. Me quedé paralizado de espanto. Creo que pude soportarlo sólo porque éramos tantos niños juntos que no nos quedaba otra cosa que seguir caminando. Estaba aun más espantado porque a nuestro profesor, antes de ir y supongo para que no nos asustemos, se le ocurrió darnos una explicación espantosa sobre las momias. Nos dijo, lo recuerdo claramente, que lo que íbamos a ver eran incas que cuando llegaron los españoles y ante las crueldades que hacían estos, habían decidido hacerse enterrar vivos junto con sus riquezas. Debido a su terrible muerte era que la mayoría de estas momias tenían esa expresión de espanto, como gritando, pues habían muerto sufriendo asfixia. Alucinante.
Pocos años después fui muchas veces más al mismo museo… y ya con menos espanto pude observar minuciosamente cada una de las momias, confrontar esos rostros terribles, esa carne y esos músculos resecos. Era una sensación muy extraña. Poder ver tan íntimamente los cadáveres momificados de personas que hace un tiempo – mucho o poco - estaban tan vivas como nosotros era perturbador y había allí algo de obsceno, algo que estaba mal.
Desde aquellas veces, cada vez que veía charki o cecina en el mercado me daban escalofríos. Por un buen tiempo me negué rotundamente a comer charki – por más que sabia que era carne de vaca – y ahora lo hago pero no muero de entusiasmo por hacerlo. El charki se parecía tanto a las momias que no podía evitar la asociación.
Había escuchado historias de machus (viejos) en particular del que vivía – y seguro sigue viviendo – en la casa de mi abuela materna; pero no fue hasta primero de secundaria gracias a la lectura de un fragmento de Kay Pacha (Gow y Condori) en la clase de literatura (que tuve el privilegio de llevar con Juan Carlos Godenzzi) que empecé a conocer el increíble mundo de los Ñawpamachulakuna.
Brevemente, los Ñawpamachulakuna contemporáneos son los sobrevivientes de una humanidad anterior a la nuestra que vivía solamente a luz de la luna. Cuando salió por primera vez el Sol, huyeron aterrorizados. Algunos lograron protegerse en las sombras de la Amazonía, otros se escondieron en pequeñas chullpas y en cuevas, pero el calor del Sol ha secado sus carnes de una manera brutal. Allí están, muchos ya solamente parecen ser huesos, otros aun llevan su reseca carne adherida. Parecen muertos pero están vivos y terriblemente hambrientos. Así, devoran a quienes se acercan a sus casas y los molestan. Un pequeño huesito se introduce en el molestoso, y lo empieza a consumir lentamente a través de enfermedades largas y penosas. Otras veces solamente necesitan del viento para acarrear enfermedades. En otras ocasiones visitan a sus víctimas en sueños y tienen relaciones con estas. Otras veces inclusive, uno - sobretodo cuando esta con unos tragos encima - se puede encontrar en un lugar apartado con su pareja... es decir con un ñawpamachu que ha tomado la apariencia de su pareja... y luego de terminar un encuentro sexual inolvidable... la pareja se torna en un monton de huesos. De estas relaciones sexuales las mujeres paren fetos muertos y monstruosos, y los hombres se consumen lentamente muriendo secos a los nueve meses.
Pero así como tienen un lado claramente perverso son también - como casi todos los seres que habitan y constituyen el paisaje de los Andes – ambivalentes. Tienen cierta relación –que no lo logro aun entender bien- con la fertilidad de los campos y en ciertos contextos son tratados como ancestros de la comunidad.
Esta alteridad, esta otra humanidad de atribuida por los runas contemporáneos a las momias prehispánicas, pone una distancia entre los runakuna contemporáneos y sus ancestros prehispánicos que habitan las chullpas y mach’ays que abundan en las punas de muchísimas comunidades. Si bien en ciertos contextos son considerados como ancestros, su estatus es muy ambiguo. Debido a que son miembros de otra humanidad, no tiene relación alguna con los muertos conocidos, con las almas que se entierran regularmente en el alma-panteón. (Hay que pensar solamente en lo importante que es el encontrar los restos de los familiares desaparecidos para tantas familias campesinas víctimas de la violencia política para calibrar un poco sobre cúan importante es esta diferencia de humanidad entre los muertos contemporáneos y los prehispánicos).
Hace ya varios años, el Museo Arqueológico de la UNSAAC cambió su nombre a Museo Inka. Asociado a este cambio hubo un replanteamiento total de la exhibición permanente (la cual en si misma merece un buen análisis…que no haré ahora). En la nueva exhibición permanente las momias que me confrontaron por primera vez a los seis años, los ñawpamachulakuna que son parte de la “colección” del museo siguen expuestos. Sin embargo ya no se encuentran como antes, en vitrinas de vidrio cual mercancías en una tienda. Ahora están acomodados en una especie de mach’ay artificial. Se los puede ver solamente desde cierta distancia, deben ser unos dos metros en promedio, a través de unos agujeros en una pared de madera que separa su mach’ay, de nuestro mundo de visitantes el museo. Están ciertamente una situación mejor que la de antes. Comparada con, por ejemplo, la suerte que está corriendo la mal llamada “momia Juanita” o un desafortunado ñawpamachu, totalmente desnudo, laqueado cual mueble y exhibido al lado de animales disecados en el Museo de Historia Natural de San Marcos (estaba alli hace unos diez años) , los ñawpamachulakuna del Museo Inka por lo menos tienen un mach’ay – que aunque sigue exhibiéndolos – algo de dignidad les devuelve.
Le preguntaba a mi compadre, paqu pampamisa que viene regularmente al Cusco para ofrecer sus servicios desde su lejana comunidad: ¿Y no estarán esos ñawpamachulakuna en el museo terriblemente hambrientos? ¿No estarán molestísimos por haberlos movido de sus lugares y puesto allí a la vista y paciencia de tantos extraños? ¿No estarán brutalmente irritados por haber sido exhibidos como piezas de museo, en vitrinas como si fueran animales disecados? ¿Por qué no hacen daño a la gente que visita el museo?
Mi compadre empezó su respuesta sin cuestionar el presupuesto de mi última pregunta. Me dijo que seguro que no hacen daño a nadie porque hay mucha gente, muchos visitantes, mucho ruido… como si estarían aturdidos fuera de sus apacibles mach’ays o sus chullpas de las punas. En estas condiciones ellos no pueden actuar de la misma forma como cuando un runa insolente los molesta en la soledad de sus altas viviendas. También me dijo que como hay tanta gente que ahora hace despachos en el Cusco urbano, quizás haya quienes les inviten algo de vez en cuando y por eso no estén tan hambrientos. O quizás es que como la gente en la ciudad come tanto ajo y cebolla, y esos olores les son repugnantes a los ñawpamachu entonces no les provoca devorar a seres tan desagradablemente apestosos.
En todas estas explicaciones y en las relaciones que los runas contemporáneos tienen con sus antepasados vivientes en las chullpas y mach’ays se encuentran formas de negociar y dar sentido a sus relaciones con la sociedad mayor, el mundo dominado por el castellano, así como la relación con su propio pasado y su vínculos y formas de identificarse con éste. De manera similar, las formas cómo los no quechuas usan y manipulan los cuerpos de los ñawpamachu y las formas como los presentan (en vitrinas de vidrio, como especímenes de exclusivo valor científico o, peor, como objetos curiosos; o atribuyéndoles apelativos ridículos y ofensivos como “Juanita”... que silencian su procedencia cultural, su caracter sagrado y la inscripción del poder imperial inca en el cuerpo sacrificado de adolescentes nobles de etnías sojuzgadas) también nos dicen mucho de cómo los científicos, los intelectuales, la universidad - los doctores para citar a Arguedas - consideran y entienden la relación con los quechuas contemporáneos y con sus ancestros prehispánicos.
Sólo para mostrar cómo este tipo de relaciones se construyen de formas radicalmente distintas en otras latitudes vale la pena referirse brevemente al NAGPRA en EEUU. El NAGPRA (North American Graves Protection and Repatriation Act) es una ley federal estadounidense aprobada en 1990 que establece “un procedimiento para que las agencias federales estadounidenses y los museos devuelvan cierto patrimonio cultural - restos humanos, objetos funerarios, objetos sagrados u objetos de patrimonio cultural – a los descendientes directos y tribus indias culturalmente afiliadas” (la traducción es mía). Hasta noviembre del 2006, esta ley había logrado las siguientes repatriaciones dentro de EEUU:

Restos humanos: 31,995 individuos
Objetos funerarios asociados: 669,554
Objetos funerarios no asociados: 118,227
Objetos sagrados: 3,584
Objetos de patrimonio cultural 281
Objetos tanto sagrados como patrimoniales: 764

Ver aquí

Habría muchas cosas que decir respecto a NAGPRA y como esta ley nos ayuda a pensar en la relación entre los grupos indígenas e instituciones estatales como el INC, los museos, los coleccionistas, los arqueólogos, los huaqueros y demás en el caso peruano. La escena se complica más, porque si milagrosamente emergiera entre quienes tienen poder en los museos la conciencia de que estos restos humanos deberían volver a sus comunidades, no sé si habría comunidades que estuvieran ansiosos por recuperarlas como ancestros. Estamos frente a un imaginario bastante distinto en relacion a los muertos prehispánicos.
Más allá de las formas complejas en que la historia ha ido moldeando las relaciones entre los contemporáneos peruanos y sus múltiples formas de relacionarse con sus ancestros y su pasado, el NAGPRA nos ayuda a ver otras cosas. Por ejemplo que cuando no hay políticas publicas no hay resultados concretos en la correlación de las relaciones de poder entre estos grupos, pero también que las políticas publicas dependen en gran medida de la presión que se haga desde la sociedad civil. Antes de NAGPRA muchos museos grandes en EEUU tenían códigos de conducta en los que se decían abanderados de conductas como las que NAGPRA instituyó… sin embargo en la práctica estas no se cumplían. Solamente una vez que se formalizó un real riesgo de sanción fue cuando los museos recién empezaron a tomar en serio el asunto… (Claro otra diferencia es que en EEUU las leyes se cumplen o tienden a cumplirse).
No se exactamente cómo deberían tratarse los restos humanos prehispánicos que son parte de “colecciones” de museos en el país. Lo que si sé es que no deben ser expuestos como objetos de la vitrina de una tienda o como especimenes entre animales disecados. Imagino más bien lugares dignos, donde los ñawpamachulakuna se encuentren algo más a gusto, donde puedan ser alimentados con despachos adecuados. Lo mas adecuado debería ser que estén en sus propios mach’ays donde sus descendientes los sigan alimentando como lo hacen con aquellos que aun están allí… También seria deseable que se vayan dando cambios políticos que quizás se reflejarían en que los runas construirían nuevas formas de reconocerlos y reclamarlos como ancestros vivientes y ejerciendo el poder que ese reclamo les podría otorgar para productivamente utilizarlo en sus múltiples esfuerzos por adquirir mejores niveles de vida y ser reconocidos como ciudadanos de pleno derecho en este país.
Quizás aquí viene a cuento, inclusive en las ambiguedades y paradojas que plantea para el caso peruano, el art. 12 de la Declaración de las Naciones Unidas sobre los derechos de los pueblos indígenas:
1. Los pueblos indígenas tienen derecho a manifestar, practicar, desarrollar y enseñar sus tradiciones, costumbres y ceremonias espirituales y religiosas; a mantener y proteger sus lugares religiosos y culturales y a acceder a ellos privadamente; a utilizar y controlar sus objetos de culto, y a obtener la repatriación de sus restos humanos.
2. Los Estados procurarán facilitar el acceso y/o la repatriación de objetos de culto y de restos humanos que posean mediante mecanismos justos, transparentes y eficaces establecidos conjuntamente con los pueblos indígenas interesados.
El resaltado es mio.

Imagen 1: "Año 1934. "Momias del Altiplano boliviano". Instituto de Etnología de la Universidad Nacional de Tucumán. Vitrina exhibiendo una momia con fardo funerario más 2 cráneos humanos parcialmente momificados. Colección etnográfica del Altiplano Boliviano del Dr. A. Metreaux (AR-AHUNT-DGME-01-UNT05-0132)." Ver aquí.
Imagen 2: Tumbas saqueadas en Pisaq (foto mía).
Imagen 3: Ich heisse nitch Juanita (Yo no me llamo Juanita). Tinta china sobre papel. Fernando Bryce.

lunes, 19 de enero de 2009

El gobierno, las comunidades campesinas y un valioso archivo en peligro

Por investigaciones realizadas principalmente en los setentas sabemos que el archivo de la Dirección Regional del Ministerio de Agricultura contenía documentos valiosísimos para la entender y estudiar la realidad rural de la región desde un poco antes de la Reforma Agraria. Además este repositorio era una fuente a través de la cual los propios actores o sus descendientes habrían podido acceder a documentación útil y relevante para múltiples fines. Este archivo parecía haber estado bien ordenado y catalogado, de acuerdo a los estudios que se hicieron con él.

Pues bien, me entero que en los noventas, debido a una devolución de un local alquilado, todos los documentos fueron subidos a un volquete cual sacos de fertilizante y tirados en un caótico desorden en la Agencia Agraria de San Sebastián. Luego de esto pasaron por muchos más episodios tristes y repetitivos en que muchos documentos se perdieron, dañaron y desordenaron.

Hace dos años y más que se ha comenzado nuevamente un inventario que avanza a paso de tortuga. Lo alucinante es que este inventario se está realizando porque el archivo ira a parar a COFOPRI. Lo mas sensato es que estos documentos, dada su importancia, pasen al Archivo Histórico del Cusco, parte del Archivo General de la Nación. Pero no, pasaran a COFOPRI que ha asumido las funciones que tenia el PETT. ¿A quién se le ocurre dar a COFOPRI un archivo sobre el cual esta institución tiene el mismo interés que Alan García tiene en cumplir sus promesas?

¿Cuál es el problema de COFOPRI? Lo que pasa con COFOPRI es que su prioridad es la de titular los predios rurales pero con títulos individuales. Según los comuneros de Apurímac que hoy estuvieron en el Hatun Tinkuy, los funcionarios de COFOPRI llegan a las comunidades ofreciendo el oro y el moro para que los comuneros se decidan en repartirse sus tierras con títulos individuales con lo que la comunidad es eliminada como persona jurídica. El ofrecimiento es el acceso al crédito… como si la banca privada estaría ávida de prestar a los comuneros que cultivan un poco mas alla de la subsistencia.

El Sur de Ayacucho, vibró de felicidad. Ahora sí familias con negocios pequeños, dedicadas al agro o la crianza de ganados, solicitarán un préstamo con el aval de su título para trabajar su terreno, ampliarán la siembra de sus productos como la papa, trigo, maíz y podrán mejorar la producción de leche, fuente de ingreso de las familias de esta zona.

Tomado de COFOPRI al día
Una lectura benévola de esto es que la gente del gobierno es tan pero tan neoliberal, hasta el tuétano de neoliberal, han leído tantas veces los libritos de Hernando de Soto, que de verdad creen que un campesino en una comunidad de Abancay con título de propiedad de sus pequeñas parcelas… va a acceder al crédito de la banca comercial!!! Pero, ¿quién se puede creer tamaña mentira?

Si de verdad se quiere dar crédito a estas familias pobres eso se debe organizar a través de políticas de estado… a través de cosas como las que prometió Alan García en la campana.

Una lectura maliciosa es que este es un camino para que los bancos se apropien poco a poco de las pequeñas parcelas de los comuneros… pero sinceramente no creo que los bancos siquiera se molesten en dar diez soles de crédito a campesinos que exhiben el titulo de propiedad de una hectárea repartida en ocho pequeñas parcelas en las alturas de Andahuaylas.

Una lectura más maliciosa – y lamentablemente quizás más realista - de este proceso es que lo que se busca en el fondo es neutralizar el potencial movilizador de las comunidades campesinas… desmantelándolas. Así ya estos perros del hortelano no se opondrían a la inversión minera que tanto desarrollo trae al país! Esta actitud es clarísima en el gobierno que se devana los sesos tratando de beneficiar a las mineras y petroleras. Allí están la andanada de decretos leyes que sacaron ilegalmente con la excusa de las facultades legislativas para su tan querido TLC… y que provocaron las protestas amazónicas que terminaron con la derogatoria del DL 1015.

Pero Alan y sus secuaces son testarudos y siguen en la ofensiva contra las comunidades. Y para eso si que son creativos…. sin darse cuenta que lo que están alentando es solamente más conflictos, más violencia y más caos. ¡Viva la creatividad neoliberal peruana!


Foto de aquí.

sábado, 17 de enero de 2009

Los guardianes de sitios arqueológicos

Durante los últimos meses anduve recorriendo varios de los sitios arqueológicos marginales a los circuitos turísticos más populares. Algo que es recurrente en estas visitas han sido las interesantes conversaciones con los encargados del cuidado del sitio que trabajan para el INC.
Ellos proveen siempre una visión general del sitio. Quizás no siempre sea una visión exacta de acuerdo a lo último que sabemos por la investigación más especializada, y algunas veces anda tenida de cierta romantización del incario. No obstante sus relatos son muy interesante e informativos. Depende del visitante hacer las preguntas correctas y lograr entusiasmar al guardián para que empiece a contar y señalar lo que más le apasiona del sitio, de sus historias asociadas, tanto del pasado prehispánico como de los avatares contemporáneos en su conservación, en las recientes excavaciones, en los trazos que dejó la época de la hacienca, etc.
Por lo general son persona muy comprometidas con la conservación de nuestra herencia prehispánica. Apasionados por los sitios arqueológicos, sus secretos, sus peligros, y su historia, sus relatos usualmente incluyen varios otros sitios que conocen como la palma de su mano. Sus historias también son muchas veces historias de conflictos con las comunidades locales que no siempre valoran o valoraron los antiguos muros de piedra, las tumbas, los andenes. Inicialmente estableciendo relaciones antagónicas estos guardianes muchas veces se convierten en parte de la comunidad, luego de años de interacción y de trabajo solitario y sacrificado.
Estos guardianes del INC están lejos de tener unos sueldos jugosos y son piezas importantes para mantener a salvo sitios claves. Es claro que para cuidar todos los sitios que existen en la región (para no decir en el país) su número debería multiplicarse... o debería hacerse programas agresivos para comprometer a la población local que no pocas veces tiende a destruir sitios cuando obstruyen principalmente sus planes de construcción. (Bueno... hay que decir que esto no es un problema circunscrito a comunidades rurales o alejadas... ha ocurrido - bajo la vista y supervisión del INC - en pleno centro de la ciudad y los perpetradores no han estado desprovistos de una buena billetera).
Solamente estas pequeñas lineas de reconocimiento a esos apasionados trabajadores que cuidan, muchas veces en condiciones difíciles y desalentadoras, las reliquias de nuestra herencia prehispánica.

miércoles, 14 de enero de 2009

La mafia del aceite

Gracias a una pareja mexicanos que ha emprendido la aventura de cruzar Latinoamérica en un auto que funciona con aceite de cocina usado - y gracias a David Florez quien me contó de ellos - me entero de este asunto de la mafia del aceite.
Las inusuales dificultades que tuvieron en Lima para obtener aceite de cocina usado - y eso que ellos ya tenían buena experiencia en esto pues habían pasado ya por varios países - nos lleva a la suposición razonable que en Lima - por lo menos - existe una mafia de aceite usado en los restaurantes. Los más fichos venden el aceite usado a los menos fichos en una cadena de progresivo envenenamiento de sus clientes, mayor en cuanto más barato sea el restaurante. Pero dejemos que ellos lo cuenten en sus propias palabras sus experiencias en Lima... ademas de advertirnos sobre el grave problema del aceite usado que te se vierte en el desagüe:
Siempre nos preguntan, ¿y cómo consiguen el aceite? La verdad es que ahora no lo estamos consiguiendo. Tocamos las puertas traseras de los restaurantes, el lugar amarillento donde se hacen las transacciones grasosas. En México el mercado del aceite usado tiene pocas reglas y nunca tuvimos problema para recuperar nuestras gotas de oro dorado. Muchos restaurantes guardan el aceite hasta venderlo a un comprador, que lo reciclará en comida para animales, velas, jabones. Muchos otros lo tiran al desagüe y contaminan miles de litros de agua. En Guatemala, en Nicaragua, la mayoría del aceite se recicla en comida para los pollos que venden las innumerables cadenas de pollos fritos con papas. En Costa Rica el reciclaje del aceite en biodiesel está muy organizado, pero es sólo la excepción que confirma la regla. Desde Colombia nos empiezan a confesar que el aceite usado se vende a los pequeños puestos de la calle y acá en Perú, hemos tenido que investigar como agentes especiales para saber donde se va la materia prima de nuestro precioso combustible. Nadie nos quiere soltar la sopa. Frente a los kilos de papas fritas doradas, nos afirman sin pena que “aquí no hay aceite”. Se volatiliza. Finalmente el dueño de un restaurante admite que en todo Lima se vende el aceite quemado a otros restaurantes más chiquitos que a su vez lo venderán a los puestos de la calle. Una leyenda urbana cuenta que al final de la cadena aceitosa se limpia el liquido ya negro y se vuelve a vender a los restaurantes, y así sucesivamente, hasta que nuestras arterías exploten. Es un problema doble, de contaminación ambiental y de salud pública. Un litro de aceite tirado en el fregadero o el desagüé contamina hasta mil litros de agua. El proceso de descontaminación del agua es extremamente costoso y complicado. La regla de oro que todos tenemos que aplicar en nuestras casas es dejar de tirar el aceite quemado al agua. El aceite usado se tiene que confinar en una botella. Hemos visto cómo comunidades enteras se han organizado para confinar las pilas. Lo mismo se puede hacer con el aceite usado, juntar una cantidad interesante para venderla a una empresa que lo reciclará en velas o jabón. Y si se atreven a transformarlo en biodiesel para su carros, avísennos para que demos la buena noticia que nuestro mundo ya se puso las pilas…
Este es uno de los lados perversos de nuestra tan celebrada comida peruana. Un asunto en el que deben tomar carta las autoridades sanitarias y - quizás más efectivamente- instituciones como ASPEC.

El texto lo he tomado de aquí.
Foto de aquí.

Esta es la página del proyecto laboratorio en movimiento y este su flickr donde creo hay una bitacora más interesante - e ilustrada - de su jornada.

viernes, 9 de enero de 2009

Derechos humanos, estado y minería

Este es un escandaloso caso que se debe conocer más. Al principio pense que era una exageración, pero todo esto cuenta con el respaldo de la seriedad de la Coordinadora Nacional de Derechos Humanos. Vean el siguiente post que salió ayer en el blog de la CNDH:

Fotografias confirman torturas a campesinos que protestaban contra Minera Majaz

... En esas circunstancias, 29 personas, incluyendo dos mujeres y el periodista Julio Vázquez Calle, fueron interceptadas y conducidas al interior del campamento minero. Allí permanecieron secuestrados durante tres días, siendo además sometidos a diversas formas de tortura psicológica y física. Además de ser salvajemente golpeados, durante estos días se les mantuvo encapuchados con sacos roceados con polvo lacrimógeno y con los ojos vendados, desprovistos de ropa de abrigo pese a las bajas temperaturas...

Leer todo aquí.

Ver también aquí y aquí.

jueves, 8 de enero de 2009

A paso de cangrejo: INC y descentralización

En este espacio he dedicado varios post a criticar al INC y como este va funcionando (aquí, aquí, aquí). Ciertamente el INC Cusco no es una institución que brille por su eficiencia, tampoco por hacer bien lo que tiene encargado hacer y el bastante ruido que hace el rio alrededor de la corrupción en su interior tampoco puede enorgullecer a nadie.
Creo sin embargo que los pasos para su descentralización que se iban dando en el gobierno anterior eran necesarios e iban en el rumbo correcto. La creacion del Consejo Regional de Cultura que intervenía en la designación del Director Regional y que funcionaba como un consejo consultivo creo que era un buen comienzo (por mas que hayan habido problemas con este).
Bueno... el Consejo Regional de Cultura ha sido desactivado con la nueva administración. Jorge Zegarra Balcázar, el director puesto por Cecilia Bákula, jamás ha dicho esta boca es mía en cuanto se ha tratado de tomar posiciones locales enfrentadas al centralismo limeño. Recordemos que nunca dijo ni pío en las protestas contra la Ley Bruce cuando el tema lo ponía al centro de la controversia. Nadie le pide que salga a bloquear las vías del tren... pero si a que se pronuncie... y si que habían cosas sobre las que pronunciarse.
En fin.
Se viene la elección de un nuevo director del INC y simple y llanamente todo el proceso de descentralización que supuso la formación del Consejo Regional de Cultura ha sido tirado al tacho. La elección será hecha al mejor saber y entender de Cecilia Bákula... que como jefa del INC ya sabemos de su pobre desempeño (recordemos la censura de los dibujos de Piero Quijano, el copamiento del INC por gente del Opus Dei o en general su pobre desempeno).

Reproduzco aquí este artículo que hoy salió en La Primera, edición Cusco:

INC Lima elegirá a director de Cusco

A fin de mes concluye la gestión de Jorge Zegarra Balcázar como director del Instituto Nacional de Cultural Cusco (INC), ante la desactivación integral del Consejo Regional de Cultura (CRC), la dirección nacional del INC está en la potestad de designar al sucesor de Zegarra Balcázar y, por ende, Cecilia Bákula decidirá quien se hace cargo de la dirección del INC en Cusco.
El centralismo, una vez más, excluye la intervención de entidades políticas, culturales y educativas de la región; porque ni la Universidad de San Antonio Abad, ni el gobierno regional tendrán ingerencia en la decisión de Cecilia Bákula, quien amparada en el decreto supremo 028 elegirá al funcionario que dirigirá la entidad cultural en la región.
El Decreto Supremo 028 establece que elegir al director del INC es potestad de la dirección nacional, dejando de lado el sistema que se utilizó hasta hace dos años, cuando el Consejo Regional de Cultural (conformada por mas de 40 instituciones cusqueñas) proponía a personalidades y elegía a la terna de la cual salía el titular del INC.
“Ahora será la directora nacional (del INC Cecilia Bákula) quien designe al funcionario (director del INC Cusco)”, informó el director actual Jorge Zegarra Balcázar.
Zegarra Balcázar evitó emitir opinión acerca de si la elección de su sucesor se disponga desde Lima provoca que como en su caso reciba críticas en lugar de respaldo. “Hay disposiciones que existen y que deben respetarse”, expresó.

Foto de aquí.

Conflicto a raiz de actividad minera en Ocongate

Reproduzco un pequeño y preocupante artículo que leo hoy en La República, edición El Gran Sur. No estoy seguro si esto ha salido en la edición de Lima. Al menos no he encontrado la versión electrónica. No he encontrado más información en la red.

PROTESTA DE COMUNEROS DEJA VEINTE HERIDOS EN DISTRITO DE OCONGATE

Un campesino en estado de coma y otros 20 heridos dejó un enfrentamiento entre policías y pobladores del distrito de Ocongate, en la provincia de Quispicanchis, Cusco, que se oponen a la instalación de un centro minero en ese lugar.
El enfrentamiento ocurrió al mediodía de ayer en la lejana comunidad de Parcoccalla, cuyo territorio habría sido concesionado para la explotación minera a favor de Juan Alberto Sánchez.
Unos dos mil comuneros de esa comunidad y de otras localidades vecinas chocaron con 100 policías que llegaron para dar seguridad en una inspección judicial promovida por Sánchez, a fin de doblegar la resistencia de los campesinos.
Según narró uno de los comuneros que participaron en el enfrentamiento, los policías hicieron varios disparos y lanzaron bombas lacrimógenas contra quienes promovieron la turba campesina.
La diligencia judicial se frustró y los heridos fueron evacuados al centro de salud de Ocongate, distante a cuatro horas de viaje a caballo de Parcoccalla.
El campesino que quedó en coma es Lucio Mamani Herrera. Según las primeras informaciones, habría recibido el impacto de una bomba lacrimógena en la cabeza.
Los comuneros heridos serán evacuados hoy a la ciudad del Cusco para recibir tratamiento médico especializado.

Foto tomada de aquí.

martes, 6 de enero de 2009

Entender la política indígena en sus propios términos

En el último número de Crónicas Urbanas salió un artículo de Marisol de la Cadena que comentaré brevemente aquí. Es un texto provocador y sumamente útil para quienes nos interesa entender mejor lo que viene pasando en la región. Ciertamente es algo denso teóricamente pero merece la pena darle una o varias leídas cuidadosas y darle vueltas a sus ideas.
Este texto presta atención a cómo es que la división entre naturaleza y cultura asociada la primera a la ciencia y la segunda a la política organizan hegemónicamente la exclusión de la política oficial (esto de partidos, congreso, elecciones, izquierdas y derechas, sindicatos, etc.) a aquellos discursos y practicas que no se ajusten a lo que se entiende por un discurso político moderno. Esto es, por ejemplo, que aquellas prácticas o discursos que asumen que los cerros son personas que actúan políticamente en el mundo, que dan agencia a lo que se llama “naturaleza”, no son aceptables en la esfera de la política formal. Esto es prácticamente inimaginable desde esta esfera. Estas prácticas son así contenidas superficialmente en “lo cultural” en la esfera de las “creencias”, o la “superstición”.
Esto ha hecho que en muchas formas la actividad política indígena, para ser aceptada como un adversario legitimo, haya adoptado formas aceptables acomodándose a la hegemonía de turno:
Para ser reconocidos como adversarios, lo políticos indígenas han forjado su legitimidad en la esfera convencional de la política, desplegando generalmente los vocabularios que esta pone a disposición. Así, ellos eran líderes campesino y organizaban sindicatos rurales o tomaron tierras de haciendas antes de 1969. Se convirtieron en intelectuales indígenas posteriormente, con grados académicos que les conferían esta legitimidad. En ambos casos, su insurgencia pública ha tenido como precondición su aquiescencia de la subordinación de los mundos i-letrados a la ciudad letrada, más precisamente, a la política letrada de izquierda (p. 107).

Esta imposición hegemónica tiene una larga historia y comenzó hace ya varios siglos:
Hobbes y Boyle fueron así “como un par de Padres Fundadores actuando en concierto para promover una y la misma innovación en la teoría política: la representación de los no humanos pertenece a la ciencia, pero a la ciencia no le esta permitido apelar a la política; la representación de los ciudadanos le pertenece a la política, pero a la política no le esta permitido tener ninguna relación con los no humanos producidos y movilizados por la ciencia y la tecnología” (Latuor 1994: 28) […] Una vez exportada la separación entre humanos y cosas para medir la distancia entre ellos y los mundos que ellos conquistaron, los europeos vilipendiaron las prácticas que los habitantes de estos mundos empleaban para representar lo no-humano. Finalmente, esto monopolizo la política para aquellos que representaban la Naturaleza a através de la ciencia y la negó para aquellos que querían representar a lo no-humano a través de otras prácticas (p. 102 ).

Sin embargo, y cada vez más claramente, hay una presencia de prácticas como los despachos (que indican e invocan la agencia política de los lugares poderosos) en contexto de movilización política en protesta contra el estado o contra las inversiones en industrias extractivas que este promueve agresivamente.
Hasta ahora “el conflicto” entre el capital de riesgo y las prácticas vernaculares ha surgido como un derecho al lugar. Ha hecho evidente que las “creencias locales” no están desapareciendo, que son co-temporáneas con la ingeniería minera, por ejemplo, y que habitando las sombras catalizan la política étnica. Que el conflicto es un conflicto de espacio es evidente y ahora que el tiempo no ofrece una solución en la medida en que es obvio que “nosotros” ya no podemos localizarlos a “ellos” en el pasado, la pluralización de la política podría estar mas cerca que nunca antes (p. 112).

Estas prácticas retan pues las concepciones hegemónicas en las que la naturaleza es considerada el reino donde la ciencia tiene la ultima palabra, y en ellas los cerros, planicies y demás lugares son consideradas como agentes políticos en todo el sentido de la palabra.
Si bien tengo algunas reservas con la evidencia que la autora utiliza para ejemplificar sus puntos (en particular con el enmarcar la protesta de fines del 2006 como una para evitar la explotación minera en el Ausangate, cuando esta fue – al menos para mi – muy claramente asociada al evitar la presencia minera en el Santuario del Sr de Quyllurit’i y la protesta organizada por su Hermandad) es un texto que contribuye a prestar atención a como es que clasificamos las practicas sociales rutinariamente, poniendo unas en el saco de lo “tradicional”, “cultural” o “folklórico” y así tácitamente restándoles sus roles “políticos”, “ideológicos” o inclusive “económicos”.
Las definiciones de seres sensibles como actores de las controversias son “creencias” respetadas solo cuando no son un obstáculo para la ciencia, la economía y todo aquello a lo que se refieren las ideas predeterminadas no negociables de eficiencia, crecimiento y bien común (p. 107).
Es tan fuerte el poder de la hegemonía que pueden realmente estar pasando muchas cosas bastante trascendentales en frente de nuestras narices y no darnos cuenta en absoluto de ello. Este texto creo que puede contribuir de distintas formas a sacudir un poco esos presupuestos tan metidos en el sentido común de muchos de nosotros.

Más que un resumen esta es simplemente una invitación a leer el texto completo que lo pueden encontrar en este pdf, páginas 98 – 117 (el pdf incluye más que este solo artículo).
Foto tomada de aquí.