Mostrando entradas con la etiqueta mineria. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta mineria. Mostrar todas las entradas

jueves, 2 de julio de 2009

Ahora Chumbivilcas: Lamentablemente un muerto

Chumbivilcas es la provincia de más difícil acceso desde el Cusco. En cierta medida está mejor articulada con Arequipa que con el Cusco. Santo Tomás, la capital, es mucho mas pequena que la ciudad de Sicuani (la segunda ciudad del Cusco) y no se encuentra ni remotamente ubicada en un lugar neurálgico de las vias de comunicación regionales como es el caso de Sicuani (que está en la via de articulación principal de Cusco con Puno y Arequipa). Ninguna de sus carreteras está asfaltada. Estas diferencias sugieren que no tiene el poder de hacer sentir su protesta en la ciudad del Cusco o en otra ciudad de una manera similar a Sicuani. El bloqueo de carreteras es en la práctica una de las formas más fáciles y prácticas de hacer sentir una protesta. El problema es que después de esa medida no parece haber otra forma efectiva para que los reclamos sean escuchados. El que el viceministro del interior se encuentre alli me parece es consecuecia de la coyuntura establecida por Bagua. De no ser esta es posible que jamás hubiera llegado allá... y quizás tampoco que se habría desarrollado la protesta que emergió asociada a la de Sicuani. La agenda en principio sigue el patron de Sicuani y tiene resonancias con Bagua. Lo que la gente siente amenazado es el acceso al agua, y su territorio comunal... es decir, siente amenazado su forma de subsistencia basada fundamentalmente en la agricultura y ganadería. Esto en medio de una profunda desconfianza por la proliferación de las conseciones mineras y en general el discurso recargado del Perro del Hortelano.
Los distritos de Chumbivilcas tienen los mayores indices de pobreza de la región. La provincia concentra la mayor cantidad de concesiones mineras en Cusco. Ese es el escenario.
Lamentablemente ha muerto un comunero víctima de un balazo. Y hay un oficial de la policía herido que no puede ser trasladado al Cusco por la oposición de los que protestan. Ojala no tengamos que lamentar más muertos.

Aquí la noticia de La República:

El incidente ocurrió ayer:

Los hechos se registraron hacia las 17:30 horas del miércoles, cuando un bus de la empresa de transportes Guapo Lindo, con ruta Santo Tomás-Arequipa, intentó pasar por el sector de Qenqo, a la salida rumbo a Sicuani, el cual permanece bloqueado por los agricultores desde el pasado 24 de junio.

Según informó Ruth Luque, secretaria ejecutiva de la Vicaría de la Solidaridad de Sicuani, el vehículo llegó al lugar custodiado por un contingente de policía, bajo las órdenes del comisario de Santo Tomás capitán PNP Alejandro Montes de Oca.

En un momento, se produjo un altercado verbal entre los comuneros y los efectivos. Al parecer, Montes de Oca efectuó una serie de disparos, uno de los cuales impactó en el dirigente Remigio Mendoza Ancalla.

Este hecho enardeció a los manifestantes, quienes procedieron a incendiar el bus de la referida compañía. Paralelamente, otros de los campesinos la emprendieron a golpes contra Montes de Oca, así como el chofer de la unidad y un agente más.

Las cuatro personas antes mencionadas fueron trasladadas al Hospital de Santo Tomás. Esta mañana, los médicos de dicho nosocomio certificaron el deceso de Mendoza Ancalla.

Fuente aquí.

Hoy:
Según informó una radio local, los pobladores no aceptan el traslado del comisario Herbert Montes de Oca en un helicóptero dispuesto para su evacuación a la ciudad del Cusco. Ellos además reclaman por la muerte del comunero Remigio Mendoza Ancalla, quien recibió un mortal impacto de bala en la protestad de ayer.
En tanto, el viceministro del Interior, Wilson Hernández, quien se encuentra en la zona de protesta, mantiene el diálogo con dirigentes de la localidad, para restablecer el orden y para lograr se permita el traslado del herido, ya que -según dijo- su estado es de gravedad. Es por ello que solicitó el despeje de las vías para dejar pasar las ambulancias.
“Hemos llegado a primera hora con la preocupación de contribuir con nuestra presencia a mantener la calma, recuperar el orden, tranquilizar a la población y velar por los derechos ciudadanos”, indicó.
La población de Chumbivilcas acata un paro indefinido desde desde hace una semana, exigiendo al Gobierno la derogatoria de la Ley de Recursos Hídricos y la suspensión de las concesiones mineras.
También solicitan al gobierno regional el asfaltado de la carretera Espinar-Velille-Santo Tomás-Lluscu-Quiñota, la construcción de la carretera Santo Tomás, así como la construcción de centros de salud y el cumplimiento de las obras de electrificación en varias de sus comunidades campesinas.

Tomado de La Republica.

viernes, 13 de marzo de 2009

Minería y Agua: El escenario de acuerdo a Marco Arana

A propósito de la Ley de Aguas.

Esta es una ponencia que el sacerdote Marco Arana dió el 20 de enero de este año en el marco del Hatun Tinkuy Macro Región Sur que fue una reunión preparatoria para la IV Cumbre Continental de los Pueblos a realizarse en Punoen julio si no me equivoco. Alli estuvo la gente de CONACAMI, CCP, CNA,FDCC, FARTAC y muchos otros.
Dado que estos problemas son obviamente de interés publico, creo que es útil tener acceso a puntos de vista como los expresados en estos audios y uno mismo hacerse su opinión propia. Sin más, aquí el sacerdote Marco Arana, quien se ha constituido quizás como el activista más importante del país en la defensa de los intereses de comunidades frente a inversiones mineras.

Son tres fragmentos cada uno de mas o menos 20 minutos.

AUDIO 1

AUDIO 2

AUDIO 3

Foto de aquí.

miércoles, 4 de febrero de 2009

Dinámica Social y Minería

Me permito un post autocomplaciente. Acaba de salir de la imprenta el libro que he venido haciendo hace un buen tiempo sobre Antamina y sus relaciones con las comunidades vecinas y el distrito de San Marcos (Huari, Ancash). Está basado en lo que fue mi tesis de licenciatura sobre la que se han hecho bastantes cambios y añadidos.
Aquí introduzco el pequeño y generoso texto de la contratapa de Anthony Bebbington y el prefacio de Alejandro Diez.

DINÁMICA SOCIAL Y MINERÍA. FAMILIAS PASTORAS DE PUNA Y LA PRESENCIA DEL PROYECTO ANTAMINA (1997-2002)

Guillermo Salas Carreño
IEP, 2008.
409 págs.

En la creciente literatura sobre la minería en el Perú, son pocos los estudios que se escriben "desde dentro", y aun menos aquellos que logran hacerlo combinando una mirada etnográfica con reflexiones teóricas desafiantes. Este es uno de los importantes aportes del libro de Guillermo Salas quien estudia las interrelaciones entre la empresa minera Antamina y las poblaciones altoandinas en Ancash. Combinando un análisis de las formas de reciprocidad y reproducción social de esta población con una documentación de las dinámicas internas de Antamina (las cuales, como ex empleado, el autor vivió en carne propia), el libro explica los muchos desencuentros y algunos encuentros entre las poblaciones y la empresa. Pone bajo la lupa el discurso de "modernidad" movilizado por Antamina y otras mineras. Este es un texto de lectura obligada, tanto para los académicos como aquellas empresas que buscan insertarse en los territorios andinos de una manera menos conflictiva.

Anthony Bebbington
Universidad de Manchester y CEPES


PREÁMBULO:
Acerca de la Economía de las Comunidades de Pastores, la Política Local y el Impacto de la Presencia Minera


Hacia finales de los años noventa, en las alturas del distrito de San Marcos, en Ancash, la llegada de una empresa minera altera la vida cotidiana. Ni el municipio, ni las comunidades campesinas, ni la población en general estaban acostumbrados a tal presencia. Ciertamente, antes habían existido minas en la zona, ninguna con las características de la recién llegada. La llamada “nueva minería” altera las condiciones de producción y reproducción social de una manera inédita: menos de lo que la gente esperaba (no da tanto empleo), más de lo que se esperaba (trasladaría familias, modificaría el ambiente como ninguna otra antes). Sabemos en realidad poco de los impactos sociales, económicos, ambientales, políticos y otros de esta nueva minería que poco a poco se inserta en los ámbitos rurales peruanos.

El trabajo de Guillermo Salas contribuye a aumentar nuestro conocimiento sobre los efectos y los impactos, sobre lo que cambia y lo que permanece, en el contacto sostenido entre una empresa transnacional y una pequeña localidad en la sierra de Ancash. Este texto versa sobre las transformaciones acaecidas en una pequeña colectividad rural que debe convivir con una gran empresa minera. Tres de ellos retienen nuestra atención: las dinámicas de la economía campesino-pastora de las alturas de San Marcos; la adaptación de los sistemas políticos locales a los nuevos agentes de poder en el distrito; y, las vicisitudes y los cambios operados por la presencia de la operación minera.

Un primer aporte significativo del texto que presentamos es su análisis sobre las economías de las familias campesinas pastoras y su articulación con los pobladores del pueblo. Salas describe el espacio y las características de la zona, desde un enfoque de cuencas y la caracterización del espacio según zonas de producción, según la definición acuñada por Enrique Mayer. Luego, analiza las dinámicas de las familias de pastores para ocuparse enseguida de la problemática y la tensión entre la propiedad familiar y la comunal.

Una novedad y uno de los principales aportes del trabajo es su exhaustiva descripción y análisis de la dinámica de las familias pastoras y sus relaciones con otros pobladores del valle, tanto familiares y parientes, cercanos y lejanos, como otras familias no emparentadas. El texto describe con lujo de detalles y muy buen trabajo casuístico la estructura de las familias y los diferentes tipos de acuerdos que hay detrás del cuidado de un rebaño de ganado, de tal manera que su composición termina siendo expresión de toda una red de interacción entre familias. Utilizando las ideas de Chayanov, y a partir de los casos de los que dispone, se ensaya un modelo de evolución de la familia a través del tiempo, destacando las diferentes necesidades y conformación de las familias conforme crecen, en el marco de la migración endémica y las relaciones entre las zonas de puna, de valle y los pueblos. La utilización de la teoría de la “diferenciación demográfica” de Chayanov, aplicada a la evolución de las familias se revela acertada y sumamente útil para la comprensión de las dinámicas familiares en las punas.

Tras la dinámica familiar, el libro aborda el análisis de los sistemas de propiedad y tenencia, así como las modalidades de acceso a las tierras de pastos de altura, antes y después de la Reforma Agraria, de acuerdo a las categorías de pastores, fundos y habitantes del pueblo, campesinos y pastores no comuneros y comuneros de las principales comunidades de la zona. La propiedad no resulta en la zona –de hecho tampoco en otras partes- desligada de las categorías sociales y de la historia de interrelación de sus ocupantes. Toda esta sección constituye una verdadera etnografía en antropología económica de una sociedad de pastores de ovejas de la sierra central. Esfuerzo notable tanto más cuanto la mayor parte de los trabajos sobre sociedades ganaderas andinas que conocemos se refieren a criadores de camélidos, vacunos e incluso de caprinos; junto con los trabajos de Pinedo y de Fulcrand, el de Salas se suma a los raros estudios de comunidades de “ovejeros”.

El segundo tema que me interesa destacar es el análisis de la cultura política y sus agentes en el distrito de San Marcos. Para ello, el trabajo se centra por un lado en la estructura de las familias de notables locales y su historia de disputas en el ámbito local, que se han expresado episódicamente a lo largo del tiempo en los conflictos alrededor del control del municipio local. Con ello, el capítulo sobre el poder constituye un verdadero mapeo de actores institucionales y familiares en el distrito de San Marcos. El autor se ocupa con buen tino tanto de la política general del distrito como y particularmente de las relaciones que establecen los comuneros y pastores de las alturas con las autoridades, en una relación que combina desconfianza y clientelismo y que articula una sórdida lucha entre facciones, que lejos de desaparecer con el arribo de la empresa minera, persiste y se cataliza en los pequeños conflicto y tomas de posición alrededor de dicha presencia.

Ambos temas habrían sido suficientes ara justificar la publicación del trabajo de Salas. Sin embargo, estoy seguro que la sesión consagrada a describir y analizar los cambios experimentados por la sociedad antes descrita a raíz de la presencia de Minera Antamina será de mayor interés para muchos lectores. Esta sección aborda el análisis del proceso de inserción de la en la región y en el distrito, y las consecuencias de sus acciones iniciales: el proceso de compra venta de tierras, la reubicación y sus efectos y las apuestas de la empresa hacia la búsqueda de estrategias de desarrollo sostenible que minimicen los conflictos y construyan relaciones de vecindad apropiadas.

La compañía minera Antamina se presenta en la zona con un discurso que preconiza una nueva forma de hacer minería, diferente a la practicada anteriormente, fundada en el establecimiento de buenas relaciones con las poblaciones locales, en el marco de una política de responsabilidad social. El análisis del libro que presentamos explora precisamente los logros y los límites de esta política empresarial.

Un tema central en el proceso de inserción, bien destacado por el autor es el proceso de transferencia de tierras que conlleva toda operación minera. Aunque existen algunos trabajos sobre el particular, ilustrando los casos de Camisea, Yanacocha y también Antamina, nuestro conocimiento sobre el tema es aún deficitario y necesita de trabajos y análisis como los presentados en este libro que cubran desde las primeras tratativas hasta el destino del dinero de la venta, las dificultades que plantea la venta de tierras de diversas categorías desde las propiedades comunales (con variación de una a otra comunidad) hasta las tierras y fundos indivisos de propiedad familiar; para no mencionar las diversas posibilidades de uno y los diversos agentes involucrados, que incluyen propietarios, posesionarios y usufructuarios eventuales, todos ellos con diversos niveles de derecho sobra los terrenos requeridos..

Además, el caso de Antamina proporciona un ejemplo excepcional sobre la problemática de desplazamiento y reubicación de ex posesionarios campesinos. El proceso se inscribe en la descoordinación de la propia empresa que genera una reubicación forzada y un programa de reubicación de emergencia que supone una compensación monetaria. El libro refiere tanto el proceso como el destino de las familias tras el reasentamiento, destacando la conservación de un capital –por estar en el banco-, la disipación de otra parte del mismo, por gastos no productivos o la participación de parientes pero sobre todo la adquisición de tierras agrícolas así como el cambio de la actividad principal de las familias que de ganaderos devienen agricultores.

Finalmente, el libro culmina con un capítulo más reflexivo sobre la población rural de puna y sus posibilidades de desarrollo sustentable en el contexto de desarrollo de la actividad minera, cuyos argumentos dejo para la lectura del libro.

Alejandro Diez
PUCP

Aquí el índice:

Agradecimientos

Introducción

PRIMERA PARTE

I El distrito de San Marcos y el caserío de Yanacancha

1 El callejón de Conchucos y la provincia de Huari
2 El distrito de San Marcos y su entorno
3 San Marcos y la microcuenca del río Carash
4 Yanacancha en setiembre de 1998

II Las familias y la puna: acceso a recursos y dinámica social

1 La organización de la producción en la puna
2 Tipología de familias nucleares relacionadas con la puna
3 Las relaciones entre los diferentes tipos de familias
4 Reciprocidad de contraprestación no explícita y el ciclo de vida familiar
5 Familias articuladas por reciprocidad de contraprestación explícita.
6 Distintas familias, distintas estrategias, distintos usos
7 Migración y movilidad: Las familias fuera de la cuenca.

III Propietarios, comuneros y pastores: La relación con la tierra

1 La propiedad formal de la tierra antes y después de la Reforma Agraria
2 La constitución de los derechos sobre los pastos de puna.
3 La dinámica social en los fundos afectados por la Reforma Agraria
4 La relación legal con los pastos de puna

IV Las articulaciones políticas.

1 El escenario político distrital en las últimas décadas
2 Las principales organizaciones y actores políticos.
3 La política en el espacio rural
4 Las articulaciones políticas de las familias pastoras de Yanacancha
5 Clientelismo, desconfianza e irracionalidad

SEGUNDA PARTE

V Minería y modernidad: San Marcos y la presencia inicial del proyecto Antamina

1 Algunos hitos de la mediana y gran minería peruana en el s. XX.
2 Narrativas de modernidad y visiones de la minería en el Perú del s. XX.
3 San Marcos y la minería
4 El proyecto minero Antamina y su relación inicial con la comunidad de San Marcos.

VI El proceso de compraventa de tierras.

1 Una mirada a la legislación.
2 La compraventa de tierras en el caso del proyecto Antamina.

VII El proceso de reubicación

1 La normativa en torno a procesos de reubicación
2 ¿Cómo se llevó a cabo la reubicación?
3 ¿Qué pasó después del PARU?

VIII Las familias de Yanacancha ocho meses después del PARU

1 Las nuevas ubicaciones.
2 Percepciones, inversiones y pérdidas de los fondos entregados por Antamina
3 La reconfiguración de las actividades económicas.
4 Cambios y rearticulación de la ganadería después del PARU.
5 ¿Cambios de configuración o de estructura?
6 Tres ejemplos concretos
7 Otras consecuencias de la compensación monetaria

IX La actuación social de Antamina entre el 2000 y 2002. Desarrollo sostenible, recursos naturales y Estado

1 Los compromisos de desarrollo de Antamina
2 La misión del MIGA y los programas de desarrollo.
3 Desarrollo y derechos sobre recursos naturales.
4 El estado, los recursos naturales y el desarrollo sostenible.

Conclusiones
Bibliografía

viernes, 9 de enero de 2009

Derechos humanos, estado y minería

Este es un escandaloso caso que se debe conocer más. Al principio pense que era una exageración, pero todo esto cuenta con el respaldo de la seriedad de la Coordinadora Nacional de Derechos Humanos. Vean el siguiente post que salió ayer en el blog de la CNDH:

Fotografias confirman torturas a campesinos que protestaban contra Minera Majaz

... En esas circunstancias, 29 personas, incluyendo dos mujeres y el periodista Julio Vázquez Calle, fueron interceptadas y conducidas al interior del campamento minero. Allí permanecieron secuestrados durante tres días, siendo además sometidos a diversas formas de tortura psicológica y física. Además de ser salvajemente golpeados, durante estos días se les mantuvo encapuchados con sacos roceados con polvo lacrimógeno y con los ojos vendados, desprovistos de ropa de abrigo pese a las bajas temperaturas...

Leer todo aquí.

Ver también aquí y aquí.

jueves, 8 de enero de 2009

Conflicto a raiz de actividad minera en Ocongate

Reproduzco un pequeño y preocupante artículo que leo hoy en La República, edición El Gran Sur. No estoy seguro si esto ha salido en la edición de Lima. Al menos no he encontrado la versión electrónica. No he encontrado más información en la red.

PROTESTA DE COMUNEROS DEJA VEINTE HERIDOS EN DISTRITO DE OCONGATE

Un campesino en estado de coma y otros 20 heridos dejó un enfrentamiento entre policías y pobladores del distrito de Ocongate, en la provincia de Quispicanchis, Cusco, que se oponen a la instalación de un centro minero en ese lugar.
El enfrentamiento ocurrió al mediodía de ayer en la lejana comunidad de Parcoccalla, cuyo territorio habría sido concesionado para la explotación minera a favor de Juan Alberto Sánchez.
Unos dos mil comuneros de esa comunidad y de otras localidades vecinas chocaron con 100 policías que llegaron para dar seguridad en una inspección judicial promovida por Sánchez, a fin de doblegar la resistencia de los campesinos.
Según narró uno de los comuneros que participaron en el enfrentamiento, los policías hicieron varios disparos y lanzaron bombas lacrimógenas contra quienes promovieron la turba campesina.
La diligencia judicial se frustró y los heridos fueron evacuados al centro de salud de Ocongate, distante a cuatro horas de viaje a caballo de Parcoccalla.
El campesino que quedó en coma es Lucio Mamani Herrera. Según las primeras informaciones, habría recibido el impacto de una bomba lacrimógena en la cabeza.
Los comuneros heridos serán evacuados hoy a la ciudad del Cusco para recibir tratamiento médico especializado.

Foto tomada de aquí.

lunes, 25 de agosto de 2008

Sobre el uso politico de la "modernidad"


En estos días los representantes del gobierno nos han tenido hartos hablando de la modernidad y de como ellos son sus paladines, mientras los agitadores, los indigenas manipulables, los radicales irracionales o las malditas ONG son todititos anti modernos.
Este es un ejemplo claro de como la "modernidad" es utilizada demagógicamente con objetivos políticos poco santos o por lo menos bastante oscuros.
El siguiente es un fragmento de un texto que esta por publicarse y que es pertinente para poner atencion sobre estas narrativas de modernidad que se vienen machacando desde el gobierno y por los medios pro empresariales (que no necesariamente tienen mucho de liberales).

El fragmento ha sido pensado respecto a los discursos sobre la mineria "moderna", pero puede ser aplicado a cualquier narrativa de modernidad.

-----

Todo sistema simbólico resiste totalización pues funciona en campos de infinitas substituciones que carecen de un centro que las fije y sujete. Siendo finitas las reglas del juego simbólico (las de una gramática por ejemplo), las substituciones posibles no lo son y no hay nada que fije en última instancia lo que se puede decir y lo que ello significa (Derrida, 1978: 289). Justamente por eso es necesaria una fijación parcial de significado. Así, todo discurso se constituye como un intento de fijar significados, de construir un centro (Laclau y Mouffe, 1985: 112). Toda ideología se articula alrededor de un centro, un nodo que tiende a ser percibido como un signo saturado de significados. Paradójicamente esto es posible porque este centro…

… que totaliza una ideología a través de detener el deslizamiento metonímico de su significado, no es un punto de densidad suprema de Significado, no es un tipo de Garantía que serviría como un punto estable de referencia. Por el contrario… en sí mismo no es nada sino ‘diferencia pura’: su rol es estructural, su naturaleza es puramente performativa –su significación coincide con su propio acto de enunciación–; en suma, es un ‘significante sin significado’. El paso crucial en el análisis de un edificio ideológico es detectar detrás del deslumbrante esplendor del elemento que lo mantiene unido (‘Dios’, ‘Patria’, ‘Partido’, ‘Clase’) esta operación autorreferencial y tautológica (Žižek, 1989: 99; ta[i]).

O como Lévi-Strauss lo explicó en su discusión del término mana:

Al mismo tiempo fuerza y acción, cualidad y estado, sustantivo y verbo, abstracto y concreto, omnipresente y localizado –mana es en efecto todas estas cosas. Pero cabe preguntarse: ¿no es precisamente debido a que no es ninguna de ellas que el mana es una forma simple, o más exactamente, un símbolo en estado puro, y así capaz de ser cargado con cualquier tipo de contenido simbólico? En el sistema de símbolos constituido por todas las cosmologías, mana sería simplemente un valor simbólico nulo, es decir, un signo marcando la necesidad de un contenido simbólico suplementario… Si esquematizamos casi podría decirse que la función de nociones como mana es la de estar opuesta a la ausencia de significado, sin cargar por sí misma ninguna significación particular (Lévi-Strauss, 1950: xliv; citado por Derrida, 1978: 290; ta).

Mana, Dios, Patria, Democracia son ejemplos de palabras que se perciben imbuidas de densos significados para quienes viven las ideologías que estas articulan. Desatan debates interminables, posturas contradictorias, significados encontrados, porque son significantes con significado nulo. Estas articulaciones ideológicas están íntimamente vinculadas a la emergencia y reproducción de hegemonías (Laclau y Mouffe, 1985): situaciones en las cuales la dominación social es mantenida en el tiempo sin una directa coerción física o institucional, y usualmente con el consentimiento de aquellos que son dominados (Gramsci, 1971 [1929-1935]: 56-60, 80, 180-183; Williams, 1977: 108-114).

Los múltiples usos de la palabra ‘modernidad’ en la esfera pública constituyen un centro de articulación ideológica. ‘Modernidad’ es un significante sin significado que nos deslumbra con su aparente densidad de significados. Kelly (2002) considera que ‘modernidad’, tal como se ha venido usando en las ciencias sociales después de la segunda guerra mundial, constituye un sublime ideológico, algo que agobia nuestra percepción y entendimiento, que no ayuda a ver sino más bien a ocultar y confundir nuestra percepción del grotesco escenario global contemporáneo. Un ejemplo de este carácter sublime de la modernidad es por ejemplo el siguiente análisis de la relativamente reciente identificación de modernidad con posiciones de libre mercado:

Lo que se quiere decir generalmente en las críticas al socialismo y al marxismo (y a todas las formas de liberalismo de centro-izquierda) es que estas posiciones son anticuadas porque aún están comprometidas con el paradigma básico del modernismo. Modernismo entendido aquí como una perspectiva de planificación de arriba-abajo… una centralización del poder absolutamente en contradicción con los valores de descentralización y aleatoriedad que caracterizan las posiciones posmodernas. Así estas posiciones son no-modernas porque aún son modernistas, y la ‘modernidad’ –en este reciente sentido– es buena porque es posmoderna (Jameson, 2002; ta).

Es posible percibir los roles ideológicos de la ‘modernidad’ cuando se “rechaza explícitamente todo presupuesto de la existencia de un uso correcto de esta palabra a ser descubierto, conceptualizado o propuesto” (Jameson, 2002; ta). Es más útil entender la modernidad como un género de narrativa que usa ciertas estrategias retóricas (Jameson, 2002). Al significado inicial de moderno ahora en el siglo XVIII se le añadió una connotación de mejora. De esta forma el término supone un permanente proceso de ubicar más y más eventos en un pasado esencialmente distinto al reinado de lo contemporáneo (Williams, 1982; Trelles, 1991). Esto hace que lo moderno sea permanentemente un significante por llenarse en el presente y que las narrativas de modernidad funcionen dentro de una dialéctica de periodización y ruptura. Cada nueva narrativa parte de un presente reinscribiendo en el paso los puntos de partida de narraciones anteriores. Esto supone un doble movimiento: por un lado el transcurrir continuo del tiempo es transformado en una conciencia de quiebre radical; por el otro la forzada atención a la ruptura torna gradualmente el presente en un período por su propio derecho (Jameson, 2002). Las narrativas de modernidad son autorreferenciales y performativas[ii], pues la dinámica de quiebre y periodización las convierte en signos de su propia existencia.

Todos los temas generalmente asignados como formas de identificar lo moderno –autoconciencia o reflexividad, mayor atención al lenguaje o a la representación, etc.– son pretextos de una operación de reescritura que asegura el efecto de asombro y convicción apropiados para registrar un cambio de paradigma. Esto no quiere decir que estos temas o características sean ficticios o irreales, es meramente afirmar la prioridad de la operación de reescritura sobre el análisis de estos fenómenos históricos (Jameson, 2002: 38; ta).

Un ejemplo de este tipo de reescritura son los discursos sobre la minería en el Perú antes de los 90. Por un lado, las minas fueron vistas como responsables por los despojos de tierras campesinas y/o por su notoria degradación ambiental, con el activo apoyo del Estado (Bonilla, 1974; Flores Galindo, 1974: 32-33, 45-47, 68-71)[iii]. Por otro lado, las minas también eran asociadas con la tecnología industrial y el mundo urbano: carreteras, trabajo remunerado, escuelas, hospitales y demás símbolos vinculados al adelanto. Desde una percepción urbana las minas contribuían no solo al progreso nacional sino también se consideraban un medio para desarrollar las atrasadas zonas andinas[iv]. El interés por entender por qué los campesinos que trabajaban en las minas no se proletarizaban o las lecturas que activistas de izquierda hacían del movimiento minero asumían que la minería generaría el proletariado peruano (Bonilla, 1974; Flores Galindo, 1974). Desde distintas perspectivas, la minería contenía promesas de ‘modernidad’ construidas en oposición a un ‘atrasado’ espacio rural andino[v].

Sin embargo esta minería solo ha brindado a las comunidades rurales un desarrollo dependiente y fugaz, en los casos en que ha brindado alguno. Por ejemplo, en el caso de comunidades de Huancavelica analizadas por Koc (2001: 230-231):

Las condiciones económicas en las comunidades no han mejorado y la inserción en una economía de mercado ha generado más inseguridad e inestabilidad de la que existía. Frente a ello las características de la organización campesina han constituido el factor que les permite afrontar en mejores condiciones esta nueva situación…. Treinta años después, seguimos encontrando campesinos que se emplean en las minas… pero que sin embargo no han dejado de ser campesinos.

Aquella minería y sus promesas de ‘modernidad’ se han reescrito en una nueva narrativa de modernidad que las ha transmutado en 'minería tradicional'. Mientras en la anterior narrativa la sociedad rural era constituida como ‘tradicional’, en la nueva es la minería anterior a los 90 la que ha sido tornada en ‘tradición’ –el telón de fondo sobre el cual la historia progresiva puede ser situada (Ivy, 1995: 5)-. Esta minería es ahora es el referente de un pasado no deseado respecto del cual se construye la imagen de una minería 'moderna'. Toda narrativa de modernidad constituye a la tradición como su otredad necesaria e inevitable (Ivy, 1995).

Aún está muy presente la idea de que la modernidad está asociada a cierta única forma de libertad occidental. Esta noción de libertad se refiere a algo subjetivo, a una modificación fundamental de la conciencia. Muy pocas veces se menciona cómo fue antes de estos cambios, sin embargo uno puede asumir que la otredad del premoderno iba necesariamente de la mano con una ausencia de libertad, con obediencia. Debía tener la sujeción de una mentalidad de esclavo y una vida irredimiblemente subalterna (Jameson, 2002: 53; ta).

[…]

Las narrativas de ‘modernidad’ y su connotación de ‘progreso’ y ‘desarrollo’ articulan hegemonías: así como los cuerpos de los nobles hawaianos contenían más mana que los de sus súbditos (Lévi-Strauss, 1971 [1950]), quienes son más poderosos merecen serlo porque son más modernos y los que no lo son explican su situación por su falta de sofisticación y de educación, por su tradicionalidad. Igual que el mana legitimaba el poder de los nobles hawaianos ocultando que su poder surgía de la acumulación de la producción de sus súbditos, así también las narrativas de modernidad esconden los mecanismos que no permiten a todos acceder a la misma educación o tecnología.

Asociar los adjetivos tradicional y moderno a cierto fenómeno es construir una dicotomía jerárquica de pasado a futuro, de peor a mejor, de retrasado a avanzado, de defectuoso a mejorado, naturalizando desigualdades políticas: aquellas entre el primer y tercer mundo, entre espacios urbanos y rurales, entre quienes hablan castellano y quechua, entre mineras y poblaciones rurales, o entre inversiones mineras que corresponden a distintos momentos de la globalización. La esfera pública está plagada de narraciones de modernidad, las usamos todo el tiempo sin percatarnos de sus consecuencias políticas.



[i] Ta: Traducción del autor.

[ii] Uso performativo en el sentido empleado por Austin (1961): cuando al decir algo no solo se comunica sino que se hace algo. Por ejemplo, al decir “prometo ir mañana” se está haciendo una promesa y no solo comunicándola.

[iii] El mejor retrato de la mina como un actor esencialmente negativo es, en mi opinión, Redoble por Rancas y su saga por Manuel Scorza (1970), ficción basada en la historia de las luchas entre comunidades campesinas y la Cerro de Pasco Copper Co. en la sierra central de los 50.

[iv] Estas visiones pueden ser encontradas en los conflictos de Todas las sangres (Arguedas, 1964).

[v] Esta relación entre minería y expectativas de ‘modernidad’ no es exclusiva del espacio andino. En el Copperbelt de Zambia, por ejemplo, las minas fueron los motores de una urbanización que “parecía ser un proceso teleológico, un movimiento hacia un punto final conocido que sería nada menos que una modernidad industrial al estilo occidental” (Ferguson, 1999: 5; ta). Al colapsar la economía minera en el Copperbelt, los espacios urbanos se empobrecieron y gran parte de la población ha retornado a residir en zonas rurales, a la agricultura y ganadería como su principal recurso de subsistencia. Las expectativas de modernidad terminaron truncas y defraudadas (Ferguson, 1999).

Dibujito de aquí.

viernes, 25 de julio de 2008

Plomo, La Oroya y Doe Run

Reproduzco aquí dos notas de Actualidad Minera sobre lo que sigue pasando cotidianamente en La Oroya (y también en Cerro de Pasco) con la contaminación con plomo. Sobran comentarios sobre esta escandalosa realidad.

LA OROYA (1): NUEVA CAMPAÑA A FAVOR DEL MEDIO AMBIENTE

Con motivo del Día Mundial del Medio Ambiente, el Movimiento por la Salud de La Oroya (MOSAO) y la organización estadounidense Legacy 13 lanzaron la campaña “Salvemos La Oroya”. La campaña busca generar conciencia en el gobierno y la
opinión pública sobre las consecuencias de la contaminación generada por el complejo metalúrgico que opera Doe Run. La campaña ha informado en el país y a nivel internacional que más del 90% de la población infantil tienen altas concentraciones de plomo en sangre, superando ampliamente los límites permitidos por la Organización Mundial de la Salud (OMS). Esta iniciativa contempla la difusión de tres cortometrajes sobre la problemática que aqueja a esta ciudad, exposición de pancartas en las que se responsabiliza a Ira Renenrt, dueño de la empresa Doe Run, así como la entrega de afiches y marcadores de libros alusivos. La campaña también será replicada en Nueva York (EE.UU.).

LA OROYA (2): ESTUDIO REVELA ALTO INDICE DE NEONATOS CON ALARMANTES NIVELES DE PLOMO EN SANGRE

El Dr. Hugo Villa, integrante del Movimiento por la Salud de La Oroya (MOSAO), señaló que La Oroya es una ciudad donde se nace enfermo. Así lo demuestra un reciente estudio que evidencia la gran cantidad de neonatos que presentan alarmantes niveles de plomo en sangre, registrando niveles por encima de los seis microgramos de plomo por cada decilitro de sangre, cuando el máximo aceptado para una persona adulta por la comunidad medica es de cinco microlitros. Para Villa, “un recién nacido no debería presentar ninguna contaminación”, por lo que el estudio demuestr que es probable que incluso los residuos metálicos se transmiten a través de la placenta. Lamentablemente, pese a los esfuerzos y campañas emprendidas hace varios años, el tema de la salud, sobre todo en poblaciones vulnerables como la infantil parece agudizarse: mientras que en 1999 un estudio realizado por el Ministerio de Salud señalaba que el 97% de niños menores de 6 años presentaban niveles por encima de 10 microgramos de plomo por decilitro de sangre, en el 2004 estos niveles alcanzaron al 99% de niños de esa edad. Estos niveles de plomo en sangre ocasionan daños en el desarrollo cognitivo de los menores, así como problemas neurológicos graves, agregó Villa. Por su parte, Washington Mori, representante de la Mesa de Diálogo para la Descontaminación del Río Mantaro, precisó que problemas similares existen en localidades de Cerro de Pasco.

Foto de aquí.

sábado, 24 de mayo de 2008

Tierras comunales y el DL 1015: Clamando por conflictos

El cambio introducido a la Ley 26505 por el DL 1015 consiste concretamente en el siguiente:
Con la Ley 26505, para vender, arrendar o ejercer cualquier acto de disposición de las tierras comunales
se necesitaba la aprobación de los dos tercios de los comuneros inscritos en el padrón comunal. Con el DL 1015 se necesita la aprobación de la mitad de “los miembros asistentes a la Asamblea instalada con el quórum correspondiente”.

No se trata pues solamente de un cambio de 66% al 50% de la aprobación de los comuneros inscritos para vender las tierras comunales. En el reciente DL se norma que solo se necesita el 50% de los miembros asistentes a una asamblea que tenga el quórum correspondiente. La ambigüedad se introduce aquí con el asunto del quórum. Este quórum, hasta donde entiendo del asunto, está determinado en los estatutos internos de la comunidad y puede variar. La consecuencia concreta de esta modificación es que si el quórum mínimo es de digamos 60% de los comuneros inscritos se tiene que el 50% de estos, es decir un 30% de los comuneros inscritos podrían aprobar la venta de tierras comunales.

Las consecuencias son fáciles de ver. Incluso con la valla del 66 de comuneros inscritos se han ocasionado profundos conflictos al interior de comunidades y sus sectores en procesos de venta de tierras. En el caso de la CC de Huaripampa (San Marcos, Ancash) que vendió tierras al proyecto Antamina, se produjeron fuertes conflictos pues un sector al que se le afectaban tierras no había participado en la aprobación de la venta de estas: la comunidad madre no necesitaba de sus votos para llegar al 66%. Así es que se termino vendiendo terrenos de un sector sin que sus pobladores y usufructuarios aprobaran esto o siquiera estuvieran enterados. Esto ocasiono, luego de un año, no solo conflictos entre los sectores de la comunidad sino entre la comunidad, los sectores y Antamina. Luego de perdidas para la empresa por destrucción de infraestructura en las protestas, paro de trabajos de construcción, interminables negociaciones en medio de procesos judiciales se llegaron a acuerdos en los cuales la compañía hacia no pocas concesiones al sector Ayash: carretera, remodelación de la escuela, sistema de agua potable, no utilización de las tierras de las que ya era propietaria pero que estaban en posesión de ese sector, entre los mas importantes acuerdos. Esto fue posible debido a un estándar social relativamente alto de esta compañia, pero el nivel de conflictividad que se pueda ocasionar en el caso de empresas con menores estandares de responsabilidad social es evidentemente mucho mayor. (Para una relación detallada de estos procesos en Antamina ver las paginas 394-400 de este documento).

Si estos escenarios son posibles con la anterior valla del 66%, es obvio que con una valla baja, como una que podría llegar al 30%, la cantidad de conflictos que se pueden generar es muchísimo mayor. Esta modificación se presta a manipulaciones de la peor calaña para lograr compras sin adecuadas consultas ni negociaciones, beneficiando a una mínima parte de comuneros interesados en su beneficio particular y en el corto plazo. Con la presente norma es mucho mas fácil corromper a las autoridades comunales, comprar votos de una minoría necesaria y hacer las piruetas tinterillescas necesarias para que todo este enmarcado en la ley… y en ese mismo momento o en un pequeño lapso posterior tener un conflicto gordísimo que no solo afectara a las comunidades sino también a las inversiones que esta ley descaradamente pretende favorecer. (Quizás el gobierno aprista piensa solucionarlos mandando a los policías disparar a la gente y metiendo a la cárcel a los lideres acusándolos de terroristas).
Mal pues, muy mal pensada norma. El gobierno se queja de los conflictos y acusa de agitadores y terroristas a quienes protestan, mientras con la otra mano hace todo lo necesario para invocar conflictos con normas que en el fondo también perjudicaran a quienes pretenden beneficiar, esto es, a los inversionistas mineros (creo principalmente).

Todo esto sin ya mencionar que este DL esta en contradicción con el Convenio 169 de la OIT ratificado por el Perú, y con la Declaración de los Derechos de los Pueblos Indígenas recientemente emitida por las Naciones Unidas.

Leanlo Uds. mismos:

Ley 26505 (fragmento):

Artículo 10o.- Las Comunidades Campesinas y las Comunidades Nativas deberán regularizar su organización comunal de acuerdo con los preceptos Constitucionales y la presente Ley.

Tratándose de tierras de propiedad de las Comunidades Campesinas de la Costa, la regularización del derecho de propiedad se regirá por las siguientes normas:

a) Para la adquisición en propiedad por parte de posesionarios comuneros sobre la tierra que poseen por más de un ano, el acuerdo de Asamblea General de la Comunidad requerirá el voto a favor de no menos del cincuenta por ciento de los comuneros posesionarios con más de un ano. Para los efectos de la adquisición por el actual posesionario, la entrega de las parcelas se acredita con el documento extendido por la Comunidad a su favor.

b) Para la adquisición en propiedad por parte de miembros de la comunidad no posesionarios o de terceros así como para gravar, arrendar o ejercer cualquier otro acto de disposición sobre las tierras comunales de la Costa se requerirá el voto a favor de no menos del cincuenta por ciento de los miembros asistentes a la Asamblea instalada con el quórum correspondiente.

Artículo 11o.- Para disponer, gravar, arrendar o ejercer cualquier otro acto sobre las tierras comunales de la Sierra o Selva, se requerirá el Acuerdo de la Asamblea General con el voto conforme de no menos de los dos tercios de todos los miembros de la Comunidad (la negrita es mía).

En el DL 1015 el articulo 10 de la ley 26505 ha sido modificado y el 11 ha sido derogado:

Actualizacion:
Ver tambien columna de Santiago Pedraglio y Nelson Manrique.