jueves, 18 de septiembre de 2008

El estado y la investigacion: Sobre las muertes en el proyecto Qhapaq Ñan

Se que me estoy refiriendo a este tema en forma algo tardía pero debido a su importancia no debemos dejar que pase sin mas. Se trata del asesinato de Alcides Gavilan y Jhony Roca, arqueologos que trabajaban para el INC. Por esto reproduzco este texto escrito apenas la noticia se supo en los medios. Es un correo electrónico reproducido en un post del GCC:

Ayer por la mañana (el 10 de setiembre) los emails de los arqueólogos de todo el país recibieron la noticia de la desaparición de dos jóvenes arqueólogos ayacuchanos mientras trabajaban para el Qapaq Ñan, proyecto de registro e investigación del gran camino inca que recorre todo el territorio andino. Este proyecto está a cargo del INC y sus sedes regionales. Momentos más tarde recibíamos la noticia de que se había encontrado el cuerpo de uno de los chicos, ambos menores de 30 años, uno de ellos tan solo de 24 años. Tenía evidencias de un fuerte golpe en el cráneo, por lo que se supone que fueron asaltados para robarles los equipos: una cámara digital, un gps, brújula y aparentemente una cámara filmadora.
El chico que aún sigue desaparecido se comunicó con su mamá el lunes 25 de agosto. Era muy unido a ella y trataba de llamarla a diario, desde ese día perdieron la comunicación.
Me siento muy afectada aunque no conozco a ninguno de los chicos, pero como arqueóloga sé muy bien el tipo de trabajo y en qué condiciones salieron a hacerlo. Ellos salieron solos a hacer su recorrido, con la mochila al hombro. Listos para caminar varios kilómetros y detenerse a fotografiar y registrar por escrito lo que iban encontrando a su paso.
Hace un rato escuchaba la entrevista de RPP a la famlia y amigos-colegas del chico que aún está desaparecido y les preguntaban por el protocolo de seguridad que tiene el INC para este tipo de salidas. Lamento decirles que estamos muy lejos de tener uno. El INC simplemente te da tus viáticos y se desentiende del asunto. Es increíble que un proyecto como el Qapaq Ñan no tenga un protocolo de seguridad, y este debería aplicarse a todas las salidas del personal del INC. Muchas veces hemos tenido que llamar a los supervisores (del INC) que iban a chequear nuestros trabajos para decirles "oye, vente con nosotros en la camioneta, es difícil llegar, y peligroso también", o "te recogemos de tal sitio, tal día a tal hora". Ese es el mínimo protocolo de seguridad que tienen los proyectos grandes de arqueología por contrato: los dejamos acá y los recogemos de allá, tal día a tal hora. Por otro lado, en cualquiera de estos proyectos de arqueología por contrato, las empresas exigen a las que subcontratan que su personal esté asegurado (SCTR) ante cualquier accidente en el trabajo. Sin embargo, el INC no asegura a su personal contra este tipo de hechos. Por cierto, la gente del INRENA, del INGEMMET y de cualquier institución estatal que tenga que salir al campo, debe estar en la misma situación. Increíble. Y el Estado exige a las empresas que cumplan estas normas.
La familia de Archi está pidiendo que salgan equipos de rescate a buscarlo , ojalá lo hagan. El sitio es alejado y las patrullas de policia deben ir y volver cada día y no tienen mucho tiempo para buscar. Lo más triste, el jefe del Qapaq Ñan allá quiso silenciar el asunto. La hermana de Archi contó a RPP que el jefe del proyecto le dijo "Que esto no trascienda". ¿Saben por qué? Porque Yony, cuyo cadáver ya fue encontrado, no estaba contratado por el INC, porque fue subcontratado para reemplazar a alguien que le estaba pagando de su bolsillo, cosa que no debería suceder, pero sucede y con mucha frecuencia.
Que esta horrible historia sirva para que no quede ninguna persona desprotegida cuando sale a cumplir su trabajo.
Glenda Escajadillo Gallegos


Aquí fragmento de la carta que dirigió la madre de Alcides Gavilán a la directora del INC, Cecilia Bakula:

... Al no tener noticias empezamos a indagar acerca del paradero de los integrantes de esta expedición, dirigiéndonos a su institución para que nos brinde información oficial, hecho que no ocurrió a pesar de nuestras insistencias. A partir de esa fecha la información que hemos obtenido ha provenido de manera informal, hecho que lamentamos ya que consideramos que el INC, como institución estatal par el que prestaban sus servicios profesionales debía por lo mínimo informarnos acerca de la situación en que se encontraba mi hijo.
4. Considero que el INC como institución Estatal debe velar por la integridad física de sus trabajadores y asumir la responsabilidad por la seguridad de los mismos, cualquiera sea la modalidad del vínculo laboral con su representada.
5. Este hecho irregular que debió ser previsto oportunamente para evitar este tipo de actos lamentables, me hace pensar que hubo negligencia al no brindar los elementos de seguridad mínimos con el que debía haber contado mi hijo para el desempeño de sus labores que venía realizando.
En consecuencia:
* Exijo el apoyo logístico y técnico a su representada para hacer efectiva la búsqueda y ubicación de mi Señor hijo.
* Exijo la centralización de la información, monitoreo y apoyo logístico en el INC y la correspondiente coordinación con las instituciones encargadas en la búsqueda y ubicación de mi Señor hijo.
* Exijo el reporte del plan de trabajo y monitoreo del equipo de campo por parte del INC.
* Exijo el apoyo económico y logístico inmediato para el desplazamiento de mis familiares a la zona de los hechos, ya que en la actualidad dos de mis hijos vienen participando en el operativo de búsqueda.
* Exijo a usted Señora Cecilia Bákula que en su condición de representante de una institución de Cultura, tenga a bien realizar las coordinaciones directas con mi familia por una cuestión elemental de ética y responsabilidad para con su personal, considerando los lamentables sucesos en los que perdió la vida Jhony Roca Gómez, compañero de trabajo de mi hijo Alcídes, quien hasta la fecha se encuentra en calidad de desaparecido cuando cumplía una misión de servicio encomendada por su institución.
* Por una razón ética, profesional y moral exijo a usted eximirse de acciones contra las personas que demostrando su solidaridad conmigo en su condición de trabajadores del INC Ayacucho corren el riesgo de sufrir sanciones injustas por habernos apoyado con información, pedido que hago al haberme enterado que dichas personas vienen recibiendo amenazas de despido procedentes de su despacho.

Creo que sobran comentarios.

Aqui mas información sobre este trágico caso que evidencia cuan mal andamos respecto a ciertas condiciones mínimas para la investigación en el país.

Foto de aquí.

lunes, 8 de septiembre de 2008

"Las Élites Cusqueñas"

He aquí, por fin, la prueba irrefutable que las familias de las que desciendo nunca fueron hacendadas. Esto pues desmiente meridianamente las retorcidas historias sobre mi y mis poco adinerados ascendientes que, entre chelas, me adjudicaban mis borrachosos pares estudiantes de antropología de la PUCP. El "caaaalla hacendado" utilizado vilmente para desautorizar mis comentarios ya no podra ser usado sin poner en evidencia simple ignorancia o malintencionada mala leche!
Bromas aparte, acaba de salir "Las Élites Cusqueñas" de Jose Tamayo Herrera y Eduardo Zegarra Balcazar bajo el sello del INC Cusco. Se trata de un libro de mas de 400 paginas en las que los autores conversan sobre sus conocimientos elefantiasicos de las familias de la élite cusqueña en el s XX. Se pasa revista a los grandes latifundistas, a aquellas familias hacendadas que perdieron su fortuna mucho antes de la Reforma Agraria, a la burguesía agraria y urbana, a los extranjeros que se afincaron he hicieron fortuna en Cusco, etc.
Es un libro importante en la medida que brinda un mapeo de estas élites y ademas brinda también una herramienta para el análisis de ciertas mentalidades, entre ellas por ejemplo la visión de intelectuales cusqueños ya bien maduros y de cierta extracción social - me refiero a los autores - sobre a la élite y sociedad cusqueña.
Su lectura no es necesariamente fácil pues es una extensa recopilación de chismes - en un sentido amplio del término - sobre estas familias, no es sistemática, y no se encuentra articulada por un aparato conceptual explicito. Si bien hay momentos del texto donde se menciona a algunos teóricos de la historia y se dialoga con algunos autores que han escrito sobre Cusco - como Marisol de la Cadena por ejemplo - en general el texto carece de un análisis explicito de lo que ha venido pasando con las élites en el Cusco (Me refiero a algo comparable con lo que hace Alejandro Diez en su relativamente reciente libro sobre élites en Puno y Ayacucho, libro que se puede bajar de la red).
Sin embargo, tal como esta el libro es valioso pues para muchos que nos interesamos en la historia del Cusco y de sus posibilidades seria muy difícil poder reunir la infinidad de datos que en este libro se consignan. Este es pues un nuevo aporte a la documentación histórica del Cusco que es bienvenido y agradecido.

ACTUALIZACION:

Hay algo interesante que ha pasado con este libro. Parece que los cusqueños (o mejo dicho, algunos cusqueños) andan muy ansiosos por conseguirlo y leerlo. Ya me lo habían mencionado en los comentarios. Pero esto siguió. Esto fue claro por la cantidad de hits que tiene este post, ciertamente algo inusual para este humilde blog. Luego esto fue reafirmado por comentarios de amigos de distintas procedencias. Parece que hay una ansiedad en cierto sector de cusqueños en "encontrarse" entre las élites. Lo explicaba un poco porque como no hay élites claras ahora y las élites antiguas de señorones hacendados se ha difuminado. Y pensando un poco, a riesgo de equivocarme, me atrevo a pensar que si uno pretende ser de la antigua élite cusqueña no hay casi otra opción que reclamar con orgullo ser descendiente de algún hacendado... Pero, me pregunto yo, por qué tanta gente habría que estar tan ansiosa por verificar que el abuelo o el tío segundo fue un hacendado que ahora debe andar condenado devorando humanos y tratando una y otra vez de llegar a la punta del Ausangate para pagar por todos los abusos cometidos con los runas cuyo trabajo gratuito le permitía tener las comilonas que se daban con la "gente decente" que invitaban a su casa hacienda? Creo que el ser descendientes de hacendados no hace más ni menos a nadie, pues total uno no tiene la culpa ni el mérito de lo que sus ancestros hicieron. Pero otra cosa bien distinta es, a estas alturas, enorgullecerse de eso!
Bueno, hay que anotar también que los autores del libro son poco críticos con los lados oscuros de estas élites y hasta cierto punto sus chismes tienen pues cierta frivolidad rancia.

Ver también aquí.

Fotos de Martín Chambi.

domingo, 7 de septiembre de 2008

"Asesinato en la Gran Ciudad del Cuzco" y la textura social contemporánea

"…los cuzqueños, en la misma medida en que se arrodillaban ante quien estaba por encima de ellos y hasta le lamían las botas, eran implacables y extremadamente despectivos con el que estaba debajo y con mayor razón con el caído, como si esto último les compensara por su injustificada falta de dignidad y de orgullo." (p. 117)

Esta novela de Luis Nieto Degregori nos presenta un Cusco de inicios del s XVIII a través de truculentos episodios protagonizados por los marqueses de Valleumbroso y articuladas a través de las tribulaciones de un hijo natural de Diego de Esquivel y Navia. Usando fuentes del Archivo de Indias, Luis Nieto nos presenta noveladamente el paisaje del poder en una ciudad que entonces tenía más población que Los Reyes.
Este libro gira alrededor de la élite cusqueña del s XVIII. En sus páginas desfilan marqueses, corregidores, arzobispos y poderosos comerciantes. También encontramos, mestizos artesanos y subversivos –como el Cartolín --, mulatos malhechores, criollos empobrecidos. Sin embargo los indígenas, mencionados como una población importante de la ciudad, no son protagonistas, aparecen como masa, como marco, y por buenos trechos desaparecen totalmente del escenario. ¿Qué pasaba con los habitantes indígenas de la ciudad en el siglo que tuvo la mayor cantidad de sublevaciones indígenas, la más grande aquella de 1780? ¿Cómo se articulaban las élites indígenas los caciques de relativo éxito en este complicado ajedrez del poder? Claro, estas preguntas van dirigidas más a un historiador que a un literato, y es claramente un análisis intelectual antes que estético del producto literario de Nieto, y las libertades que este le brinda. Es muy probable que la ausencia de indígenas en el texto se deba también a su ausencia en las fuentes históricas utilizadas. Este es un buen ejemplo de cómo el poder moldea los archivos históricos y la memoria subrayando la actuación de ciertos actores e ignorando a otros.
La novela nos presenta un mundo en el cual el autoritarismo, la corrupción, la manipulación, y el clientelismo son la moneda corriente. Un mundo en el cual los poderosos son implacables, inmisericordes e inescrupulosos, al tiempo que las infidencias, las apariencias y las negociaciones poco santas son esenciales en hilvanar estrategias y asestar puñaladas políticas. Este escenario esta articulado por la tensión constante entre peninsulares – "guampos" - y criollos cusqueños por el control de la ciudad y el espacio rural, el control de las instituciones y el consiguiente provecho económico que de ellas se podía obtener.
Un populacho mestizo aparece siempre en oposición a los peninsulares, mientras que los criollos cusqueños, de los cuales los Valleumbroso son los lideres por excelencia. Estos protegen y encubren a sus clientes mestizos menos poderosos, pero tambien los usan y traicionan cuando más les conviene. En esta tensión entre mestizos y criollos cusqueños, algunos – como José Tamayo - han querido ver el nacimiento de una identidad cusqueña citadina que sería germen de un futuro sentimiento regional expresado en el s XX por el indigenismo cusqueño. Allí ya esta la oposición a Lima, los intentos de las elites de mostrarse como herederos de los incas y el uso del quechua como una reivindicación cultural.
En el texto de Lucho vislumbramos ya algunas expresiones de un orgullo cusqueño que puede ser no solo intransigente, desdeñoso y suspicaz de lo externo, en especial de lo limeño. Los cusqueños estamos predispuestos, al menos en el discurso, a cortarle la cabeza a cualquier limeño o foráneo que en nuestro criterio no guarde las formas mínimas de respeto para con nuestra ciudad y sus piedras sagradas.
Escribir el equivalente de Asesinato en la Gran Ciudad del Cuzco para el presente sería una tarea complicadísima. Mientras en el siglo XVIII estaba más o menos claro quienes eran los señores de la ciudad, hoy la respuesta es mucho más ambigua. ¿Quienes son las élites urbanas? Los poderosos de hace unas décadas no lo son más. Actualmente tenemos muchos espacios sociales paralelos, sobrepuestos, unos más poderosos que otros, pero que conviven en muchos casos sin mayor interacción entre ellos. Quizás una versión contemporánea tendría que tener como personajes a las corporaciones turísticas foráneas (con solo representantes presentes aquí), a los empresarios turísticos locales y a las autoridades estatales. Esto no parece muy diferente a lo que pasada en el s XVIII. Pero hay actualmente otros actores cruciales. Dentro de las instituciones estatales tenemos la gravitación del INC. Tampoco se puede ignorar el poder de los medios de comunicación, y de algunos gremios y sindicatos, así como la autoridad que tienen los intelectuales. Tenemos también, aunque quizás en un papel secundario o circunstancial en la trama, a un sector empresarial nuevo de orígenes rurales dedicado al comercio y transporte. Su poder es evidente por ejemplo en la suntuosidad de los cargos patronales que florecen por toda la ciudad. Pero aparte de esta complejidad social contemporánea, la mayoría de los aspectos presentes en el juego de poder de la novela de Lucho Nieto siguen presentes. Por un lado la tensión entre cusqueños y foráneos que dependiendo del poder y la habilidad de ciertos actores puede ser canalizada de muchas distintas maneras. Por otro lado también están presentes el clientelismo, la manipulación, corruptores y corruptos, y un profundo autoritarismo impregnado hasta en las más simples y cotidianas interacciones sociales. Lamentablemente, tal como en la novela comentada sucede, actualmente también los quechuas empobrecidos parecen irrelevantes en las ecuaciones del poder. ¿No será que los indígenas están ausentes en la novela como reflejo del presente antes que como reflejo del s XVIII? Al final de cuentas y más allá de su posición subordinada, en la primera mitad del s XVIII existía una nobleza indígena hasta cierto punto acomodada y con un lugar claro en el aparato estatal, una legislación especial que les aseguraba ciertos derechos y legitimaba sus instituciones y un lugar indispensables en la economía colonial. Podría sonar a herejía pero me parece que los indigenas la pasaban mejor es esa época que ahora.
Mas allá de ser una excelente introducción al Cusco de la primera mitad del s XVIII, esta novela de Lucho Nieto es a la vez una excursión en las miserias del poder, una exploración en las relaciones encontradas entre hijos y padres, y una novela policial compleja y fascinante.



Foto de aquí.

Recalentado: La Via Oficial y las salidas del laberinto


Publicado en: Forma 8, 3 de julio de 2007


Nuevamente el Convento de Santo Domingo-Qorikancha nos brinda una excelente exposición temporal. Se trata esta vez de la instalación Vía Oficial. Coincidiendo con la escandalosa elección de los magistrados del Tribunal Constitucional nos encontramos con una propuesta que nos enrostra la precariedad de nuestras instituciones públicas, y la omnipresencia y cotidianeidad de la corrupción. Debemos a Rolf Bertschat esta notable oportunidad de reírnos de nuestras instituciones y de nuestros burócratas, frente a los cuales quién no ha sufrido injustamente trámites interminables e inconducentes, solicitudes de coimas y arreglos oscuros, autoridades pomposas, pretensiosas y prepotentes, o la veladas amenazas de sanción a aquellos que no se ajustan a los pareceres de los poderosos. Bertschat pone el dedo en llagas que por lo comunes que son nos inducen peligrosamente a aceptarlas como ‘normales’, y esto desde ya merece nuestro reconocimiento y gratitud.
Esta instalación además sugiere que estos problemas no son ajenos a nosotros. Esto particularmente en la oficina de coimas y en la de la autoridad. En ellas el visitante tiene la opción de ocupar el lugar del funcionario público corrupto, de sentarse real o imaginariamente en esos escritorios. Sentados en la oficina de coimas quizás podríamos imaginarnos luchando contra esta institución, podríamos ser ejemplares funcionarios que devuelven dineros mal habidos o por lo menos negándonos a aceptarlos. Sin embargo, este potencial se queda a medio camino en el pretensioso sillón de la autoridad. En el no tenemos otra opción que hacer nuestros los diplomas de corrupción que adornan sus paredes.
Un aspecto silencioso de la exposición es que al visitarla se nos invita, y nosotros aceptamos gustosos, a ocupar el papel de víctimas de estas taras. Allí frente a estas oficinas somos impotentes y pasivos de prácticas que encontramos ajenas a nosotros. De esta forma la crítica que formula Bertschat de algún modo nos propone que la corrupción en nuestras instituciones públicas es un problema en el cual nosotros como ciudadanos tenemos exclusivamente el papel de víctimas. Esto es peligroso, pues nos seduce con la ficción de que no somos responsables de los males de nuestra sociedad. El visitante termina sintiéndose libre de pecado, excepto quizás de aquellos que secretamente guarda.
Nuestras instituciones públicas, y nuestra sociedad en general, están innegablemente plagadas de corruptos. Para que esto suceda sin embargo es necesario también que existan corruptores. De este modo, todos los ciudadanos que no tomamos una actitud decidida y cotidiana de lucha contra la corrupción somos cómplices de ésta. Haciéndonos de la vista gorda, siendo indiferentes, no reclamando, también somos responsables. Decir que todos somos responsables no quiere decir que todos lo seamos en la misma medida. Una cosa es ser indiferente ante un abuso, otra coimear con cinco soles para ‘su gaseosa pe jefe’ y aun otra es recibir abultados fajos de dólares en la oficina de Montesinos para desinformar a la ciudadanía a través de un canal de televisión. Estas acciones son distintas y tienen distintos grados de responsabilidad, pero no hay duda que las tres son condenables.
Esta victimización del visitante está atenuada por la frase que se encuentra inscrita en el texto de la instalación, que también forma un laberinto y toma algo de esfuerzo encontrarla: ‘Un laberinto se convierte en un verdadero laberinto sólo cuando uno pierde la orientación.’ Esta frase supone el esfuerzo de los visitantes de encontrar la salida, de no sucumbir a la confusión, de participar activamente en confrontar estos problemas.
La instalación es un laberinto que tiene salida. Pero quizás también podríamos pensar que un laberinto no es un laberinto verdadero si no tiene salida. Curiosamente la salida de la instalación supone encontrar un camino a través del cual uno puede evitar toparse con las siniestras oficinas de "la Vía Oficial." Esta es, supongo, una solución formal a la distribución espacial de la instalación, aunque también podría ser leída como el arte de atravesar por esta vida encontrando caminos alternativos a los oficiales. Esta es quizás la salida que la mayoría de los peruanos tomamos cotidianamente, la informal. Lamentablemente, en la vida real el camino fuera de la vía oficial implica, en la gran mayoría de las veces, también la corrupción. Pensemos en las coimas que tiene que pagar una esforzada contrabandista.
Y es que teóricamente la vía oficial está libre de corrupción, pero en la práctica, tal como lo subraya Bertschat, son sus agentes los que nos imponen la arbitrariedad y el abuso. La vía no oficial, que también estoy llamado la vía informal, supone siempre toparse con las instituciones del Estado, que está mucho mas presente de lo normalmente se asume cuando se habla de la ‘ausencia del Estado’. Esta vía informal, la de la criollada, la coima, la compadrería, es hermana siamesa de la vía oficial y en su florecimiento todos somos cómplices. Las salidas del laberinto que hemos ido construyendo se han hecho a través de las instituciones públicas, moldeándolas grotescamente con múltiples vías (in)formales, unas más corruptas que otras, unas menos poderosas y más frágiles, otras más abusivas y prepotentes. Pero después de todo, todos somos responsables de la extrema deformidad de este edificio.

Centenario del nacimiento de Rosa A. Rivero Ricalde (1907-2007)


En: El Diario del Cusco, 10 de abril de 2007, pag 8.

La política.

En 1926, cuando Rosa Augusta Rivero Ricalde tenía 19 años y era estudiante universitaria, fundó la Juventud Femenina Universitaria con las otras 10 estudiantes mujeres que en ese entonces estudiaban en San Antonio Abad. Ellas publicaron la revista Albores, que es la primera revista hecha por mujeres y con un discurso en pro de la igualdad de derechos entre mujeres y varones.
Paralelamente fue miembro del grupo El Ande que en 1927 edita la revista Kuntur. Esta revista solamente tuvo dos números pues sus redactores fueron perseguidos por sus ideas políticas en los últimos años del Oncenio de Leguía. El Ande fue crucial en la huelga universitaria de 1927 a raíz de la cual el régimen de Leguía clausuró la universidad por cuatro años. El núcleo de grupo El Ande deviene en la primera célula comunista en el Perú fundadora del Partido Comunista Peruano en 1929. Mariátegui y su entorno habían fundado en 1928 en Lima el Partido Socialista que sólo en 1930 cambiaria su nombre por el de Partido Comunista Peruano.
Debido a sus ideas políticas Rosa Augusta Rivero Ricalde junto con Concepción Ramos y Sofía Luna Coello fueron encarceladas en 1932 por la dictadura de Sánchez Cerro. Permanecen tres meses detenidas en la Cárcel de Belén en el Cusco, y luego seis meses en la Cárcel de Santo Tomás en Lima. Fueron liberadas debido a la creciente presión generada por su decisión de emprender una huelga de hambre. Esta fue la primera huelga de hambre realizada por presas políticas en la historia del país.

La mujer comprometida con su deber ciudadano.

Siendo aun universitaria e influida por uno de sus catedráticos, Rosa A. Rivero emprende una campana por activar en el Cusco el Patronato Privado de Menores. Esta era una institución contemplada en el Código Penal que tenía como fin el velar por el menor en situación de desamparo moral y material, así como de aquellos que habían incurrido en ilícitos penales. Sin embargo lo escrito en el Código no estaba plasmado en la realidad. Rosa Rivero se propuso sensibilizar a la población para construir esta institución. A través de un largo proceso consiguió interesar a autoridades y personalidades importantes. En 1938 logró cristalizar la fundación del Patronato Privado de Menores así como la donación de distintos terrenos con el fin de construir un albergue para menores. Los terrenos de Qenqoro que fueron obtenidos para este fin fueron sin embargo destinados por las autoridades para la constricción de un penal. A través de otra donación de terreno se pudo construir con fondos públicos de lo que hoy ha venido a ser llamado Hogar de Menores de Marcavalle. El Patronato Privado de Menores fue disuelto en el gobierno de Velasco cuando el Estado tomó control de la institución.

La profesional.

Rosa Augusta Rivero Ricalde fue la primera mujer abogada en el Cusco. Se graduó en 1940 y empezó a ejercer su profesión como litigante. En 1942 fue nombrada Secretaria de Cámara de la recientemente constituida Corte Superior de Apurímac. Sin embargo un vocal solicitó la revisión de este nombramiento a la Corte Suprema, la que lo anuló argumentando que las mujeres carecían de derecho de ciudadanía. Esta misma razón fue usada para rechazar en 1947 su nombramiento como Juez de Primera Instancia de Chumbivilcas. No obstante la lejanía y la violencia presente en aquella zona, Rosa Rivero estuvo dispuesta a asumir ese cargo por abrir camino a la mujer en la carrera judicial. Lo paradójico de su carrera en el poder judicial es que ella fue nombrada Relatora, Juez de Primera Instancia, Fiscal y Vocal de la Corte Superior pero solamente como suplente. Estas suplencias honorarias, sin goce de haber, demuestran el reconocimiento a su capacidad como profesional pero al mismo tiempo subrayan la negativa de reconocer esto a cabalidad al negársele la titularidad en estos cargos.
A partir de 1949 Rosa Rivero se dedica parcialmente a la docencia universitaria en la Facultad de Ciencias Económicas y Comerciales de la Universidad del Cusco. En 1957 asume esta actividad a tiempo completo.

La poetisa

Displicencia

La furia del rayo bordeó
con tijeretazos de luz
a las nubes neuróticas
y lagrimones de rabia
se estrellaron rebotando
en los charcos callejeros
mientras el ímpetu loco
de exterminar displicencias
se dislocaba
en las cabezas filudas
de los postes.

1930

Niñera

Niñera de tristezas
dales de beber tu leche de arrullos
balancea la cuna de estos recuerdos
y cuando dormidos
vete despacito.
Porque solo el alcaloide
de tu presencia
encadena el trote
de las vehemencias.
Despacito,
no les aterres con voz de ausencia
si no aullarán los ruegos
astillando en vano los gritos
en el corazón de piedra
de las distancias.
Cuidadito
sin chirriar el aldabón de las partidas
despacito.

1936

La madre

Haber hecho todo lo anterior en el Cusco de la primera mitad del siglo XX suma ya grandes méritos, pero hay otro aspecto que merece ser mencionado para redondear un esbozo de su persona. Rosa Rivero fue madre soltera y siempre asumió abiertamente esta condición. Y no es que no hubieran madres solteras en esa época, pero ellas eran (y en gran medida siguen siendo) estigmatizadas en nuestra sociedad. Vistas como una deshonra para las familias generalmente sus hijos eran presentados como si los fueran de la hermana o de la madre de la madre. Rosa Rivero tiene el mérito de haber sido una madre soltera que sin negar su condición y a fuerza de su entereza se ganó el respeto como profesional, docente universitaria e intelectual en una sociedad reticente, por decir lo menos, a la actuación pública de la mujer.

En este mes se conmemoran los cien años de su nacimiento y este es sin duda un buen motivo para recordar su trayectoria a quienes la conocen, y para presentarla a aquellas y aquellos que nunca oyeron hablar de ella. A mujeres como ella, aquí y en muchos lugares de nuestro planeta, debemos que nuestra sociedad haya cada vez más democracia e igualdad entre varones y mujeres. Esta es una tarea que nos concierne a todos y en la que a pesar de los avances logrados es obvio que falta muchísimo por hacer.

jueves, 4 de septiembre de 2008

"Puesta en valor”: La investigación arqueológica y el INC

Puesta en valor es una frase que de tanto repetirse, al menos en el Cusco, uno ya termina por no darle importancia. Es usada sobre todo cuando se discute la restauración de algún sitio inca por el personal del INC (tambien ciertamente usada para las restauraciones de templos en general arquitectura colonial).

Pues bien. Para poner en valor un sitio inca lo que el INC hace es primero una excavación a cargo de arqueólogos. Se han ido poniendo en valor muchos sitios inca desde que tengo uso de razón. Lo que yo suponía hace buenos años, como buen antropólogo con mi corazoncito de arqueólogo, es que todas esas excavaciones brindaban nuevos conocimientos sobre la sociedad inca, conocimientos que no eran accesibles a través de la lectura de las crónicas o del trabajo de archivo. Pero hace también buen tiempo me percate que esto no es así. Estas tantas excavaciones no han aportado sustancialmente ningún nuevo conocimiento. ¿Qué es lo que pasa?

Básicamente cuando el INC hace excavaciones para poner en valor un sitio, estas son bastante distintas de lo que se hace cuando los arqueólogos van a excavar para estudiar un sitio. Básicamente se hace una excavación bastante descuidada, con muchos obreros, muy pocos arqueólogos que puedan vigilar que esta pasando. Basta decir que en las excavaciones que se están llevando a cabo actualmente en Saqsaywaman ni siquiera se están usando las zarandas más elementales. Todo indica además que estas excavaciones se llevan a cabo sin tener en la cabeza algún tipo de hipótesis, pregunta, aparato conceptual que se este cuestionando que es lo que este sitio en particular puede ayudarnos a esclarecer sobre el pasado inca. El resultado son informes que tienen un montón de datos sin analizar que a última hora sirven para poco o nada. Estas excavaciones, pues, destruyen evidencia arqueológica invaluable e irrecuperable.

Un problema adicional es que cuando al INC se le ocurre poner en valor un sitio inca, se excava todo el sitio, se barre con todo. Esto es algo que ningún arqueólogo investigador se atrevería a hacer, salvo que el sitio fuera a ser inevitablemente destruido en un futuro cercano (como cuando se hace una represa que va a inundar todo un valle por ejemplo). Esta práctica ética arqueológica se debe a que se deja parte del sitio para que futuros investigadores puedan excavar con otras preguntas en la cabeza, con otras tecnológicas quizás más finas y que se pueda seguir avanzando en el conocimiento de las sociedades pasadas. Bueno, esto el INC no lo hace, simplemente arrasa con todo.

El resultado de las puestas en valor es pues un sitio que se ve espectacular pero que como fuente de conocimiento esta absolutamente destruido. Esta práctica es lo mismo que quemar todas las hojas de todos los libros de una biblioteca antigua para restaurar los lomos y los estantes. Bien chévere se ve la biblioteca, pero todas sus posibilidades de generar conocimiento están absolutamente destruidas.

Mas aun, los sitios inca puestos en valor por el INC generan problemas hasta para el estudio de la arquitectura pues no son pocas las estructuras que se añaden, reconstruyen e inventan de la nada. Un ejemplo reciente y escandaloso son los “muros incas” de la calle Awaqpinta que dan hacia el Kusikancha (lo que era el cuartel del ejercito en Maruri). Todos los que tenemos algo de memoria sabemos que esa callecita era mucho mas ancha y que esos muros que ahora vemos simplemente no existían. (Lo que si sorprende y es digno de admiración es la calidad con que los canteros contemporáneos pueden imitar muros inca…pero si se dan cuenta esos muros tienen piedras de distintos colores provenientes de distintas canteras… algo que los incas no solían hacer). Las puestas en valor del INC son quizás el problema mas grave para el estudio de la arquitectura inca en la región del Cusco.

Es muy lamentable que esto siga sucediendo… y las causas del problema son múltiples. Por un lado esta el problema del INC en si mismo y por otro, me atrevo a decir, la calidad académica que ofrece el programa de arqueología de la UNSAAC (que ahora no tiene perdón para no investigar o mejorar todo el aparato de investigadores y equipos… pues para eso le cae harta plata del gas de Camisea…pero parece que lo usan en construir mas y mas edificios en lugar de preocuparse por mejorar el nivel académico). Y claro, también hay una presión por tener mas y mas atractivos turísticos, lugares espectaculares en los cuales tomar fotos chéveres.

¿Que hace el estado, el INC por conocer mas de nuestro pasado prehispánico? ¿Qué nuevo conocimiento se ha generado sobre esas sociedades desde el Estado? La respuesta es muy poco o casi nada. Es muy triste. Lo que sabemos se lo debemos a algunos testarudos, heroicos y quijotescos arqueólogos nacionales y a investigadores extranjeros.

En este escenario, resulta obvio que iniciativas legislativas como la Ley 29164 (la llamada ley Bruce que ocasiono fuertes protestas en el Cusco), apuntan en esa dirección: La cuestión es poner en valor, cuanto más rápido y barato mejor, los sitios prehispánicos pensando única y exclusivamente en el turismo. Y debe quedar claro que no es que odie el turismo ni nada por el estilo. Es simplemente que se puede mejorar muchísimo la forma de manejar nuestros recursos arqueológicos sin que esto signifique obstruir o bloquear el desarrollo turístico del cual viven no pocos cusqueños y en el futuro ojala muchos mas peruanos.

Foto tomada de aquí.

miércoles, 3 de septiembre de 2008

Debates en antropología: El turno de Barclay frente a Ossio

Recuerdo que en el discurso inaugural del ultimo Congreso Nacional de Investigaciones en Antropología, Carlos Ivan Degregori, entre otras cosas, lamentaba que no se dieran mas debates en la disciplina. Recordaba solamente un par: El que emergió a raíz de los comentarios sobre Gregorio Condori Mamani y que enfrento a Juan Ossio, Jurgen Golte y Henrique Urbano. Este debate se dio en distintos números de la revista La Revista. El segundo era aquel que se dio alrededor del Informe Uchuraccay de MVLL y en el que participaron como expertos los antropologos Juan Ossio, Fernando Fuenzalida y Luis Millones.
Es pues lamentable que en una disciplina como la antropología, en un país culturalmente diverso y tan jerarquizado como el Perú, no se den mas debates.
Gracias al Blog del Morsa nos enteramos con beneplácito de la emergencia de un nuevo debate. La verdad es que no estoy seguro si es que este dará para mucho mas, pues tal como veo las cosas el debate se ha sanjado con un k.o. en prima.
Se trata de la respuesta que Frederica Barclay da a las ideas presentadas por Juan Ossio en una entrevista en Peru21 a raíz de las protestas amazónicas.
No voy a introducir fragmentos de estos textos pues considero que hay que leer completamente ambos. He aquí los links y provecho:

"Los nativos han sido invisibles para el Estado". Entrevista a Juan Ossio por Michael Zarate.


"Un comentario a la entrevista a Juan Ossio". Frederica Barclay.

ACTUALIZACIÓN:

Gracias a Nila Vigil me entero de un nuevo aporte a este debate. Aquí los comentarios de Alberto Chirif en Servindi.

Un lector atento se dara cuenta que en todo este debate se ubica en un lugar privilegiado la "modernidad". Justamente en un post previo pongo la atencion en la centralidad de la narrativas de modernidad como armas políticas.