Como ya es sabido la Municipalidad del Cusco esta pasando por una grave crisis. La alcaldesa ha sido acusada de corrupción, nepotismo, y de haber tenido a quien le cocinaba y limpiaba la casa en la planilla de SELIP. Además el nivel de ejecución del presupuesto participativo ya aprobado es mas que pobre. Esto es, hay una gran ineficiencia. Para dar señales de eficiencia a la alcaldesa no se le ocurrió mejor cosa que iniciar los trabajos de mejora de las avenidas que llevan del aeropuerto al centro de la ciudad sin haber ni siquiera expedientes técnicos. Todo muy oscuro y con claros indicios de corrupción. Ahora estas remodelaciones - asociadas a APEC – están paralizadas y el trafico fuertemente perturbado.
Incluso los regidores de su mismo partido se han pasado a la oposición y es posible que pronto vaquen a la alcaldesa. Quizás esta iniciativa de los regidores tiene que ver con que el de revocatoria en marcha que no solo pretende remover a la alcaldesa de su cargo sino también a todos los regidores.
De modo que la ‘descompensación’ que sufrió la alcaldesa hace unos días por la cual fue trasladada a Lima para chequeos médicos y no pudo participar en las fiestas del Cusco fue sumamente oportuna. Así la alcaldesa se libro de la asegurada pifiadera que recibiría en sus apariciones públicas.
Tal fue el temor a la pifiadera que el ‘encuentro de los tiempos’ donde la alcaldesa debía encontrarse con el Inca para recibir sus recomendaciones para el buen gobierno, fue simplemente anulada de la ceremonia (cabe recordar que el año pasado ya había sido pifiada en esta ceremonia y eso que su popularidad no se encontraba tan deteriorada como ahora). El primer regidor y alcalde encargado parece haber tenido demasiados reparos en asumir la representación de Sequeiros frente a la población cusqueña.
Esta 'descompensación' también puede resultar muy útil para neutralizar la sesión donde se vote la vacancia de la alcaldesa.
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