Otra cosa que me pareció increíble e indignante era que a estos señores, campesinos quechuahablantes, no se les dejaba ingresar a Machupicchu. Si deseaban hacerlo debían pagar una entrada, y eso obviamente estaba fuera de sus posibilidades. Muchas veces los vi bajar de Intipunku y voltear antes de poder entrar en la ciudad. Me parecía que ellos eran los herederos más directos de quienes habían construido esa ciudad y que eran quienes tenían más derecho de pasearse por ella cuanto quisieran, más derecho que cualquier turista que pagara sumas impensables para los porteadores.
En 1993 hice una ruta en ese momento prácticamente desconocida para el turismo: Lares – Kunkani – Urubamba. El día que íbamos a partir de Kunkani recuerdo que había un grupo de personas techando con paja una nueva casa hecha de piedras. Converse un rato con ellos y preguntando lugares comunes (¿Y toda la familia ayuda a construir la casa?) y así me percate que no estaban del todo contentos por mas que había un ambiente festivo: Uno de los hermanos del nuevo dueño de casa no estaba presente. Estaban molestos porque había preferido acudir al llamado, que llego a sus oídos a través de Radio Tawantinsuyo, para ir de porteador al Camino Inca. Esto me sorprendió pues yo siempre había considerado que ese era un trabajo detestable y solo lo hacían personas muy muy necesitadas. Ese incidente me hizo dar cuenta de varias cosas. La mas obvia, que no sabia gran cosa de la sociedad rural (en mi defensa tengo que decir que en ese momento estaba en Estudios Generales Ciencias). Pese a las condiciones deplorables en las que se llevaba a cabo, el trabajo de porteador no solo era una fuente alternativa de ingresos económicos para ciertas familias campesinas, sino que era un trabajo buscado y deseado al punto que el hermano ausente había preferido ganarse la animosidad de su familia antes que perder su puesto de porteador.
* * *
La semana pasada, mientras bajaba de los 4000 a los 3000 metros por una carretera más o menos afirmada en la tolva de un camión desbocado conversaba con un joven de unos 22 años que tenia un brillante polo una agencia de viajes NN-Adventures. Estaba yendo hacia Ollantaytambo para ir una vez más a trabajar de porteador en el Camino Inca. Ya lleva dos años en el oficio. El año pasado le pagaban 100 soles por 4 días de camino y cargaba 30 kilos al inicio del viaje (Claro a esto hay que añadir las propinas que dependiendo de quienes son los clientes pueden ser buenas o malas). En el mejor de los casos lograba hacer 5 veces el camino en un mes. La mayoría de meses eran 4 caminatas al mes. Esto hacia que el año pasado sacara de esta actividad 500 soles mensuales en el mejor de los casos.
Este año su situación mejoró. La agencia con la que ahora trabaja si obedece la normatividad según la cual se le debe pagar 170 soles por 4 días de caminata llevando inicialmente un máximo de 20 kg en sus espaldas.
Las agencias que no cumplen con la normativa condicionan a los porteadores a firmar recibos por 170 soles cuando solo reciben 100 o menos. La demanda de trabajo es muy grande y frente a verse desplazados por otros que acepten esas condiciones la mayoría las acepta con tal de no perder el ingreso monetario extra.
Respecto al acceso de Machupicchu la situación ha empeorado. Actualmente los porteadores ya no llegan siguiera a Intipunku, desde donde podían ver Machupicchu. Ahora no pueden pasar de Wiñaywayna. Allí hay un control y los porteadores deben bajar de Wiñaywayna al km 108 de la línea férrea. Mi compañero de viaje en camión nunca ha pisado Machupicchu, excepto la vez que tuvo que evacuar de emergencia a un turista que se puso mal.
Han habido esfuerzos de sindicalización de los porteadores pero según mi compañero de viaje han sido frustrantes. Según el, hay unos 4200 porteadores en la región que se organizaron inicialmente en el sindicato. El año pasado dieron cada uno una cuota de 10 soles para que el sindicato hiciera cumplir la normativa a todas las agencias. Ademas contribuyeron cada uno con 20 soles para ser empadronados y recibir un carné. Hasta ahora no ha habido resultados de estas gestiones y nadie parece haber recibido carné alguno. Mi compañero de viaje dice que los dirigentes han desaparecido con la plata.
Así están las cosas con los porteadores. Es cierto que su situación ha mejorado desde los ochenta (por lo menos hay una ley, la 27607), pero también es cierto que la situación actual esta lejos de ser la deseable. Por si se puede pensar que hay exageración en los datos que mi compañero de viaje me proporcionó (que no he verificado) quizás una tercera opinión, de extranjeros que se involucraron activamente en el asunto de los porteadores en el Perú, puede ser ilustrativa. Aquí traduzco la mayoría de los problemas que ellos mencionan respecto a los porteadores del Camino Inca:
- Practicas de cargado inseguras: Los porteadores tradicionalmente cargan los bultos usando sogas y mantas tejidas. Esto es apropiado para relativamente cortos trayectos pero no lo es por 4 días de caminata sostenida. Muchos sufren de problemas circulatorios y musculares agudos y crónicos.
- Inadecuada provisión de comida: A pesar de su trabajo extenuante, algunos porteadores solo reciben comida básica como un kilo de arroz para una persona por 4 días. Otros comen lo que los turistas no consumen [...]
- Problemas de transporte: Usualmente hay dificultades en el transporte publico para los porteadores retornando del Camino Inca. Esto ha sido aliviado en parte por el nuevo, especialmente diseñado, vagón para porteadores. Sin embargo, con los turistas incrementándose en el Camino Inca, es muy probable que habrá mas problemas con el transporte de los porteadores en el futuro.
- Costos poco razonables para los porteadores: Cada vez que un porteador trabaja en el Camino Inca se paga una entrada que va al INC y debe ser utilizada para aliviar los efectos negativos que los porteadores ocasionan en el Camino Inca. Tanto los residentes locales como los porteadores sienten que no se están beneficiando de esta entrada. Los porteadores en particular quienes saber donde va este dinero. Adicionalmente, muchas agencias de viaje no pagan el transporte al inicio del camino y el retorno de los porteadores a su hogar, un costo que puede reducir el ingreso de los porteadores en mas de un 20%. La Ley del Porteador (Ley 27607) establece que la agencia debe pagar los costos de transporte del porteador hasta el inicio del camino.
- Cargas excesivas: A pesar de los puestos de pesado y de las claras limitaciones establecidas por la legislación (20kg para porteadores varones adultos, mas un adicional de 5 Kg. para sus propias posesiones, y 15 Kg. para porteadores adolescentes y mujeres), los porteadores muchas veces cargan peso excesivo.
- Carencia de seguro de salud: Los porteadores sostienen que la mayoría de las agencias no les permiten el acceso al botiquín de primeros auxilios cuando ellos se accidentan o enferman.
- Carencia de estabilidad laboral: El desempleo en Perú es muy grande. Hay más porteadores que puestos. Por esto es muy difícil que disfruten seguridad laboral y derechos laborales.
1 comentario:
La más pura verdad Guille, se celebra el "genio andino" creador de las obras de nuestros antepasados, pero ni siquiera se pretende reconocer que el indio barato que se carga los paquetes es el descendiente directo de los fundadores de imperios. Nuestros paisanos, los cusqueños de la ciudad con sus aires de mistis, siguen reciclando lo peor de su tradición colonial explotando a nuestra propia gente y llenándose la boca de "cusqueñismo" y demás complejos. Nos falta mucho todavía :(
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